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Wilfredo Manuel "El chico de mis sueños"
Fecha: 13/03/2021, Categorías: Gays Autor: Roam, Fuente: SexoSinTabues
... terca pichula entrando y saliendo de mi culo. Me quise parar a lo loco pero el muy puto me agarraba con fuerza mientras me bombeaba el culo. Esos minutos odie su pinga, y me odie por ser tan estrecho. Mientras yo chillaba y le pedía que por favor me sacara su huevo del culo. Willy se movía con más energía, quizá alimentado por mis gemidos. Me sujete a él con fuerza, mis brazos rodearon su cuello y crucé los dedos en ambos puños. Mi nariz reposaba entre su oreja y para sentirme más perra. Su olor empezó a excitarme. El movimiento de su cuerpo me prendió y más cuando oía a mis nalgas rebotar sobre su vientre. Sus manos me exprimían el culo y sus bolas peludas rebotaban como canicas. Que rico, que bendecido me sentía cada que sus abdominales se restregaban con mi pene. Estaba más que duro. Willy me había contagiado su arrechura y para ese entonces quería que me la metiera toda. Quería complacerlo, albergaba la absurda idea de que le gustara hacerlo conmigo. Por eso me enfoque en que lo disfrutara. Empecé a moverme con su pinga dentro. Podía sentir como cada centímetro de carne salía y entraba entre mis paredes. El olor del aliento de Willy se sentía en el ambiente. Ese olor que provenía desde el fondo de su ser mezclado en alcohol. Oh por dios me estaba culeando él, así, a lo bruto, a lo chibolo arrecho que deseaba y le expriman los porongos. Sentí mi culo arder en carne viva y el flip flip se hizo más seguido. Willy saco su pene de mi culo y me puso boca abajo en el sofá. ...
... Se remango la polera y se la puso detrás de su cabeza. Oriente la mirada con curiosidad, siendo testigo de como su pinga, pecho y abdomen venían sobre mí con gran rudeza. Sus rodillas se abrieron paso entre mis piernas y no fue tarde para que su pene volviera a coincidir con mi latente agujero. Ahora mi hueco era del tamaño de su pichula y podía decir orgulloso que mi macho me había roto el culo. Recogí las nalgas y rápidamente su chala me penetró. Sus pendejos me acariciaban los glúteos y mis testículos eran golpeados por sus bolas. Toda la desnudez de su pecho y vientre reposaban sobre mí. Anhelaba que el tiempo se detenga y que su pinga no dejara de bombearme. Era excitante y enfermiza la sensación que me producían cada una de sus embestidas. Mis gemidos no eran de dolor, mis gritos eran de felicidad pura, mi garganta le agradecía así por la follada que me estaba dando. No me contuve y empecé a ajustar el hoyo para sentir su verga con mayor profundidad. Eso lo puso burro y él empezó a jugar con mi culito. De rato en rato sacaba su verga y la metía de golpe. En cada embiste mi cuerpo y culo saltaban. Me dolía, sí. Pero que bien que lo gozaba. Todo su pene fue consumido por mi culo. Me atrevería a decir que si pudiera, Willy me hubiese metido hasta las bolas. Que rico cachaba mi macho, con que delicia me agrandaba el agujero. Las piernas me empezaron a temblar y no pude evitar correrme. Un escalofrío me recorrió la frente y termine escupiendo sobre el sillón. Willy vio mi ...