El marido de mi amiga me tiene demasiado caliente
Fecha: 29/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: libelula, Fuente: CuentoRelatos
... presionando entre los labios que se van abriendo mientras aumenta la corriente de flujo bañando mi vagina. La estimulo durante unos minutos y mi excitación va en aumento. Me deshago de las bragas para acceder con facilidad a mi fuente de placer. Son ya tres dedos los que entran y salen sin cesar con fuerza de mi interior, mientras mi mente fantasea con la verga de Nicolás que me penetra con pasión salvajemente haciéndome suya. Necesito más estimulación y con pereza, pero por necesidad, busco en un cajón mi consolador preferido, grande, venoso, con un tacto tan agradable que parece un falo real. Lo mamo con fruición como si fuera la verga de Nicolás y llevo el capullo a mi raja que al notar la presión se abre de par en par, empujo suave notando el gran capullo entrar rozando las paredes vaginales que lo reciben jubilosas soltando una lluvia de líquido lubricante, entra despacio hasta el fondo, me muero de placer, ya sin manta que me entorpezca los movimientos, con las piernas arqueadas y la planta de los pes en el sofá para apoyarme, me muevo con frenesí buscando ...
... el orgasmo que espante los fantasmas que me hacen sentir tan puuta. Me muevo subiendo y bajando el culo para que el consolador, agarrado con las dos manos, entre y salga de mi concha tan dilatada que tragaría dos vergas. El abundante flujo mana escurriendo hasta mi ano y sigo como una posesa metiéndome salvajemente aquel gran falo.
Tiemblo de placer, siento que me va a venir, gimo de gusto, sé que nadie me oye y si fuera así me da igual, no puedo evitar gritar con todas mis fuerzas: ¡MAS, MAS, MAS, QUIERO TODO, FOLLAME NICO! Siento estremecer, tenso mis músculos, contraigo mi vagina apretando el pollón que me da placer, noto espasmos que nublan mi vista, el orgasmo es profundo, largo, interminable, infinito, mientras mi vagina pretende aprisionar la gran verga con palpitaciones que no cesan. Por fin siento relajo, aflojo los músculos, noto una extraña sensación de ingravidez, cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño. Nicolás sigue estando presente en mis pensamientos y me estremezco, sé que no tardaré en que se cumpla su deseo aunque me lo anunciara ebrio.