Una colegiala puta
Fecha: 15/03/2021,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Lucia0117, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Sandra y tengo 18 años, actualmente estoy cursando último grado en mi colegio, me considero una mujer bonita ya que todo el mundo me lo dice. Mido 1.60 no soy tan alta, soy algo delgada pero mi cuerpo está bien formado, tengo una bonita cola y unos bonitos senos aunque no son muy grandes.
Me gusta que los hombres me miren, eso me hace sentir muy bien y me pone caliente, me encanta provocarlos y que me deseen. Todas las mañanas antes de llegar al colegio me reúno con mi amiga Mónica y nos paseamos por los apartamentos que están construyendo en el barrio para que los obreros nos echen piropos y nos morboseen.
Nos vestimos con nuestros uniformes de colegialas bien cortos y bien provocativas, la falda a cuadros lo más corta posible, las medias arriba de la rodilla y la blusa bien ajustada. Nos paseamos por la construcción y los obreros empiezan a decirnos cualquier cantidad de cosas, no dicen "mamacitas ricas, que culos tan ricos, que perras tan ricas... etc." incluso en ocasiones se bajan los pantalones y nos muestran sus penes... en fin todo eso nos gusta.
Un día me encontré con Mónica y después de pasear por la construcción nos fuimos al portal del sur a tomar el Transmilenio que nos lleva a nuestro colegio, recuerdo que todos los hombres nos miraban con deseo, a mi me miraban mucho mi cola y a Mónica le miraban las tetas que bien grandes las tiene y con la blusa blanca escotada se le salían más aún. En fin llegamos al portal y a esa hora había demasiada ...
... gente esperando tomar la ruta, entonces nos dimos cuenta de que la fila preferencial estaba con poca gente, vimos que había un abuelito haciendo fila y le dijimos que si nos podíamos hacer pasar por sus nietas y el anciano nos dijo que si, que no había ningún problema.
Eran un abuelo muy querido era bajito y bien canoso algo delgado, mientras esperábamos la ruta nos comentó que tenía 80 años, y que se llamaba Julio, que era viudo, y que era pensionado y que vivía en el barrio Santa Isabel. En fin nos montamos en el bus y nos sentamos en las sillas de atrás y quedamos una a cada lado de don Julio, y me di cuenta la forma en que el viejo le miraba los senos a mi amiga y eso me causaba gracia. Seguimos el camino y hablamos de todo un buen rato y el señor nos hacía reír con sus comentarios, llegando a la estación en donde el viejo se baja, él nos pidió el favor de que si lo podíamos acompañar hasta un hotel en donde él se estaba hospedando y que él nos daba dinero por acompañarlo.
Yo le pregunté cuánto dinero nos daría por acompañarlo y el viejo me respondió que nos daría $20.000 a cada una. Sin pensarlo aceptamos la propuesta y nos fuimos para el hotel del viejo y al llegar al hotel de don Julio nos dimos cuenta de que era un sitio muy bonito y demasiado grande.
-Sigan mis niñas, están en su casa...!! -Nos dijo don Julio.
Nos pusimos cómodas y nos sentamos en la sala en un sofá muy cómodo, mientras el viejo nos preguntaba que queríamos tomar.
-Mis niñas les puedo ...