Un espectaculo para mi suegra...
Fecha: 29/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Desde que me case hace ya 8 años, que deseo a mi suegra tanto como a mi mujer, cuenta hoy con 50 años y se mantiene atractiva como entonces, es una de esas mujeres extrovertidas que siempre esta de buen humor, a la que le gusta cuidarse y que siempre que uno la ve esta maquillada y con ropa que la favorece.
Tiene un cuerpo que se define a las mil maravillas solo con decir excitante, sus tetas son grandes, sin llegar a ser exageradas, pero son de esos pechos que inevitablemente uno mira cuando los tiene cerca, ella lo sabe y con eso juega, mas de una vez me pillo mirándoselos, y en esas ocasiones si no estaba mi mujer cerca me solía decir – hay yerno, yerno…….. a lo que yo invariablemente solo contestaba poniéndome rojo como un tomate, y ella satisfecha se sonreía y todo seguía como si nada.
Hablar del resto de su cuerpo seria igual de bueno, pero lo que si quiero contarles es de su culo, es hermoso, grande pero firme, y lo lleva con in disimulado orgullo. Basta con decir que no recuerdo, salvo contadas ocasiones, en la que no la viera con pantalones ajustados, lo muestra y lo pasea como si de un trofeo se tratase; pues si mis lectores imaginaros vosotros que si sus tetas me traen mal, su culo me logra enfermar.
Pase años fantaseando con poseer a mi suegra, y mas de un polvo que le eche a mi mujer, fue en honor de su madre, para suerte mía ambas se llaman igual, con lo que en el momento de correrme cuando le decía - toma la leche Carmen, que ganas de follarte tenia ...
... etc etc, era en realidad pensando en la madre de mi esposa.
Las circunstancias de trabajo hicieron que tuviéramos que ir a vivir a una ciudad lejos de donde vivíamos, lo que hizo que pasara mucho tiempo sin ver a la culpable de mis mejores fantasías, pero también esto logro que se dieran las circunstancias propicias para hacerlas realidad, y es que pasados 6 meses de que nos mudáramos, mi suegra decidió venir a pasar unos días con nosotros ya que mi esposa la echaba mucho de menos.
Así fue que un domingo estaba yo esperando en la estación el autobús que traería a mi suegra, mientras mi mujer en casa preparaba una comida especial para la visita, la vi. bajar y lo que hasta ahora habían sido fantasías se convirtieron en necesidades, estaba vestida con unos jeans y blusa, nada mas, pero con eso era suficiente para que yo no pudiera evitar una semi erección , y como tenia puesto chándal, esta se noto enseguida, le di los besos de rigor y mientras le cogia la maleta, pude ver que su vista se fijaba en mi paquete sin disimulo, a lo que con su sonrisa de siempre me dijo sin quitar su mirada de allí, - tu también me echabas de menos yerno, yo como un gilipollas solo atine a ponerme rojo y decirle que claro que la echaba en falta, apure el paso y me dirigí al coche tratando de no empeorar las cosas.
Pero lo que empieza de alguna forma tiene que terminar, y de camino a casa mi suegra parecía querer jugar conmigo, cuando la mire mientras se prendía el cinto note que sus pezones ...