Educando a Yanet
Fecha: 28/06/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: MrDavid, Fuente: CuentoRelatos
Ya habían pasado unos meses desde que la conocí. Es una chica mulata, del Caribe y, como tal, tiene ese fuego interno que sólo tienen las habitantes de esos lares.
Es alta, sobre el 1,70m, delgada pero con curvas (la genética es su aliada). Pechos generosos y bonitos estéticamente hablando, culo duro y firme, piernas esbeltas, largas y finas. Su vientre es plano, bonito. El pelo llama la atención, oscuro, brillante, afro... De nuevo la genética no niega su origen. Ojos marrones, casi negros. Nariz ancha, pero no en exceso, achatada. Labios carnosos, dientes blancos y una sonrisa cautivadora.
Y además inteligente, culta y de mente curiosa. Han sido horas y horas de conversaciones escritas sin cometer una sola falta de ortografía, expresando con claridad algo tan complejo como sentimientos, sensaciones o inquietudes.
Por mi parte, mido 1,74m, delgado, fofisano sin barriga ya que con 60 kg y esa altura es imposible tenerla. Soy castaño oscuro, con ojos marrones claros averdesados y de tez blanca, lo que provoca entre ambos un contraste precioso que perturba la mente de los más obtusos.
Nuestra relación ha evolucionado. Mucho. Hemos pasado de ser dos desconocidos que se cruzaban durante meses por la calle, y con ellos sus miradas, a lo que somos hoy en día. Miradas, por otro lado, que bien podrían competir con los mejores versos y seguirían transmitiendo sentimientos más intensos.
El cómo nos conocimos y cómo llegamos hasta aquí, es otra historia. Lo que ...
... voy a describir a continuación es nuestro día a día. Lo que hemos hecho ya o lo que vamos a hacer en un futuro no muy lejano. Un proceso de “educación” que parece no tener fin.
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Suena un móvil. Una mano femenina cuidada pero con horas de trabajo lo alcanza. En la pantalla puede previsualizar un mensaje
“David: Ya estoy cruzando las vías, espero qu...”
Nerviosa desliza sobre el mensaje y teclea.
“Código erróneo”
Es inevitable. Cuando llegan estos momentos no puede controlar su cuerpo. El nerviosismo y la incertidumbre se apoderan de ella, no piensa con claridad. Segundo intento.
“Ya estoy cruzando las vías, espero que me recibas tal y como te he descrito”
Levanta la mirada y se encuentra con su imagen reflejada en el espejo que preside la habitación. Se analiza detenidamente. Vestido blanco que resalta su tez oscura aún más si cabe, escote discreto y espalda descubierta casi en su totalidad, ligeramente ceñido, marcando su figura sin margen a la imaginación. Zapatos negros con un tacón tan alto como elegante que provocan que ese vestido siga una curva prohibitiva desde el final de su espalda hasta poco mas de medio muslo.
Se siente atractiva, sensual, sexy... pero sobretodo, nerviosa. Sin embargo, recibir ese mensaje y, tener que volver a comprobar el resultado de las dos últimas horas, no ayuda en absoluto. Su mente comienza a trabajar, anticipando la escena que se producirá en unos instantes, debatiendo si será capaz de ...