1. En la acampada


    Fecha: 18/03/2021, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... erección que aumentaba con acometidas tremendas, sólo de ver la espalda y el culo de Javier frente a mi.
    
    Mientras me encontraba en ese dilema, Javier hizo un movimiento, aparentemente inconsciente y producto del sueño y pegó su espalda y su culo completamente a mi pecho y a mi polla que ya estaba a punto de reventarme.
    
    Yo contuve la respiración, pensando en que notaría mi erección si se despertaba, pero no fue así.
    
    Seguía durmiendo placenteramente.
    
    Ya no podía más, así que me decidí a ponerle la mano en la cadera, para ver si reaccionaba… y no pasó nada.
    
    Así que fui armándome cada vez de más valor y bajando la mano muy despacio por su vientre, hasta llegar a su pubis.
    
    Javier no parecía enterarse de nada.
    
    Empecé a juguetear con su vello, mientras mi polla se iba posicionando justo en su entrepierna, de tal forma que con el capullo estaba rozándole los huevos. De repente empecé a sentir una especie de palmadas en mi mano, lo que hizo que me quedase completamente congelado, con la mano en su pubis y mi polla bajo sus huevos.
    
    Estaba tan aterrado que no me dí cuenta de que las palmadas me las estaba dando su polla que se estaba poniendo enorme por momentos, con intensos latigazos.
    
    Intenté adivinar si se había despertado, pero su respiración seguía siendo relajada, aunque ahora de vez en cuando daba un respiro profundo. Ya estaba completamente lanzado, esas palmadas de su polla, habían terminado con todo el pudor que tenía y, eso sí, con mucha delicadeza ...
    ... y muy lentamente, empecé a palpar sus casi 20 cms. de polla que ya estaba completamente erecta y había dejado al aire, por lo que pude palpar, un jugoso capullo.
    
    Era tal el calentón que tenía que no quería ni pensar en que era a un tío al que estaba tocando y que estaba deseando apretar con mi mano su maravillosa polla.
    
    Deslicé mi mano hasta acariciar sus huevos y mi capullo, lo que hizo que viese el séptimo cielo, y en un acto de ímpetu, le agarré la polla completamente. Javier no parecía enterarse de nada, así que comencé a masajear su polla muy suavemente, mientras muy lentamente hacía movimientos adelante y atrás rozándole sus huevos y ano con la mia, lo que me producía un tremendo placer.
    
    Mientras me encontraba en esta situación, empecé a sentir cómo Javier empezaba a apretar sus piernas una contra otra, oprimiendo mi polla, con lo que pude darme cuenta que realmente si se estaba enterando de todo, así que me dispuse a lamerle el cuello y la espalda, su respiración pasó de la relajación a tremendos suspiros que mi hicieron temer que los oyesen mis padres, por lo que solté su polla y le puse la mano en la boca para hacerle entender que no hiciese ruido.
    
    Comprendió perfectamente lo que quería decir y paró de gemir, pero enseguida abrió la boca para meterse todos los dedos de mi mano que tenía el sabor de su polla ya muy lubricada.
    
    Y con su mano izquierda, comenzó a tocarse los huevos y a acariciar mi polla que estaba aprisionada entre sus piernas, ahora el ...