1. De regreso a Santiago, no alcanzo a extrañar a mis albañiles.


    Fecha: 18/03/2021, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... hasta el final de su verga, le dije que en las vacaciones de invierno me había acordado mucho de el, en especial cuando estaba siendo culeado a todo vapor por alguno de los albañiles. Se positivamente que eso era mentira. No me había acordado para nada de el pero sabía que su reacción sería cercana a los celos y que por tanto la culeada que me propinaría sería aún mas intensa. Me apoyé en uno de los brazos de un antiguo sofá de cuero desgastado por los años y me relajé para disfrutar de la culeada que me estaba poniendo el profe que tantos desvelos me había provocado durante el año anterior por no atreverme a coquetearle y dejarme montar por el. De haber entrado el Inspector General o algún otro profe se habría encontrado con el grotesco espectáculo de ver a un alumno casi completamente desnudo exceptuando sus zapatos y calcetines apoyado en uno de los desvencijados muebles y con la colita parada y complaciente para recibir tras de el un profe muy guapo que le cogía desesperadamente vestido solo con su camisa y aserruchando a un chico mientras sujetaba su corbata con los dientes. Tuvimos suerte ( o tal vez preparación por parte del profe ) pero nadie entró en esos momentos, lo que me permitió disfrutar de una buena, potente y jugosa cacha. Ya casi al acabar, le abrace por encima de mi cabeza y mientras le besaba le pregunté si me había extrañado a lo que sólo respondió con un bufido y 4 o 5 empellones que me demostraron que mi adorado profesor había eyaculado dentro de mi. ...
    ... una vez mas. Cuando me sacó la verga desde dentro de mi cálido nidito de amor, numerosas gotas de su semen cayeron al piso con un arrítmico sonido quedando como mudas testigos del homosexual acto de amor entre un profe y su alumno adolecente. Me di vueltas, le abracé y bese como si se tratase de una ocasión especial y mientras le decía al oído lo que iba yo a hacer para su deleite, me arrojé al piso en 4 patas y procedí a lamer desde el parqué de madera todo el jugo que había salido de mi cálido, flojito y trajinado recto. Gota a gota paladee desde el suelo todo su semen mientras le miraba pícaramente hacia arriba como diciéndole tácitamente " esto no te lo había hecho nunca nadie". Después me limpié la boca con el dorso de la mano y tomándolo agresivamente por el cuello le besé con restos de su semen en un concupiscente beso blanco que le dejó loco. Yo sabía como debía tratar a mis machos para que cada dia quisiesen volver a follarme, sin importar las circunstancias que nos rodeaban. Me gustaba saber que los tipos que me culeaban poco a poco se enamoraban de mi manera de follar. Antes de vestirme me dio su pañuelo para que lo usase como una toalla higiénica femenina y evitase que su semen manchase mis pantalones, poniéndonos a los dos en evidencia. Acto seguido me propinó un coqueto pellizco en una de mis turgentes y levantaditas nalgas mientras me decía despacito que me fuera a clases y que de tener problemas con el profesor que había comenzado la clase sin mi, le dijese que ...