Vieja y con ganas de follar
Fecha: 23/03/2021,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Pancho Alabarde, Fuente: CuentoRelatos
Aquella vieja estaba jodida, sus tetas colganderas, sus nalgas flácidas y desprendidas, su chumino reseco y arrugado, pero mantenía intactas sus ganas de joder.
Soy Pancho Alabardero, tengo treinta y algunos años, vivo en Madrid y como ya saben algunos de ustedes por anteriores relatos, hasta hace poco tiempo yo militaba en una orden religiosa entre cuyas virtudes, o defectos, se practica la abstinencia sexual como una manera de ganar la excelencia y contribuir con nuestro sacrificio a la salvación del mundo.
Como pueden suponer, y mis anteriores relatos así lo atestiguan, esto puede volver loco al más cuerdo de los humanos, de modo que los mande al infierno y ahora me estoy desquitando a trompicones. Pero claro, mi inexperiencia en el sexo se nota y eso ha dado pie a que algunas se quieran aprovechar de ello.
Es el caso de Doña Asunción, la viuda putona del propietario de una empresa que recientemente le compré al fallecer su marido. Hace una semana tuve que asistir a un homenaje de un trabajador y a la salida se las apaño para que la llevara a su casa y la follara, cosa que hice a satisfacción de ambos, porque me acaba de llamar para invitarme a cenar y supongo que después a follar, porque la Doña en cuestión, como es vieja, si no jode no se divierte, como ella misma dice.
Doña Asunción es una vieja como de unos setenta años. Si, setenta años, aunque les cueste creérselo, porque desde luego a quien le cuesta creérselo es a mí mismo, porque la muy jodida folla ...
... como una veinteañera, ¿qué digo yo?, mejor que una veinteañera. No le hace asco a nada, todo lo quiere probar, conoce argucias que sólo aparecen en el manual del Buen Follador y es incansable al desaliento. A ella no le vale un NO como respuesta, sólo le vale el ¿cuándo y dónde follamos? de modo que no me ha quedado más remedio que aceptar la invitación, o mejor dicho: acepté empalmado la invitación.
Para los que conocen Madrid quisiera situarlos, para los que no la conocen quisiera ilustrarlos. La jodida de la vieja me invitó a cenar a un restaurante cerca de la ciudad de Alcalá de Henares que dista unos 30 kilómetros de Madrid. Al principio no me había dado cuenta de la argucia, de hecho me costó averiguarlo, pero mi jefa de personal Pepa La Diosa al comentarle el lugar donde iba a cenar me puso en antecedentes.
-Eso es que te va a follar en la piscina de la habitación del hotel que hay al lado-
Entonces claro caí en la cuenta. En las inmediaciones de esa localidad se acaba de inaugurar un hotel de un lujo asiático. Algunas de las habitaciones incluso cuentan con piscina privada en el interior de la Suite, y eso es lo que hice para adelantarme a la Doña, reservé una suite con piscina dentro de la habitación.
A la hora acordada pasé por casa de Doña Asunción y la recogí en mi coche. La Doña me apareció con un vestido muy escotado, con tacones rojos, y con los brazos y el cuello enjoyados. Estaba radiante, ella es una mujer más bien alta, como de 1,75 mínimo, más ...