Vecino
Fecha: 27/03/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hace unos meses tuve que mudarme de ciudad por trabajo. Alquilé un apartamento de 1 habitación en una primera planta de un pequeño edificio. Me dedico a la informática, y se trataba de un proyecto que duraría unas 16 semanas, así que no me preocupé demasiado en conocer gente y me pasaba muchas horas en mi apartamento con mi portátil.
Un día, estando en mi pequeño balcón, oí como mi vecino de abajo salía a su patio (era la planta baja). El suelo de mi terraza tenía en una esquina unas piezas rotas, así que desde donde estaba sentada daba la casualidad de que le veía perfectamente desde arriba. Estaba en calzoncillos, sentado en una silla, y se encendió un cigarrillo. Yo seguí trabajando, y mientras olía el humo de su cigarro no podía evitar desviar la mirada al agujero del suelo de mi terraza.
No veía su cara, tan solo su cabeza morena, sus hombros, su torso y sus piernas. Estaba con un pantalon de pijama, y en una de las veces que miré ví que se estaba acariciando la entrepierna sobre el pantaloncito. Me sonreí. Pensé en ir para dentro, pero luego me dije, vamos a cotillear un poco...
Me aburrí al rato, porque se tocaba sólo un poco, así que me puse a trabajar. Me olvidé de que estaba allí hasta que empecé a oir un gemido, desvié la mirada y de pronto me encuentro con su enorme polla apuntando directamente a mi mirada, y su mano pajeandola a buen ritmo. Ya no pude dejar de mirar, le veía masturbarse alucinada, con miedo de moverme por si me oía. A él no parecía ...
... importarle que alguien escuchara sus gemidos, poque lo hacía a gusto, sobre todo cuando se corrió, lo hizo en un pañuelo. Luego se fumó otro cigarro y volvió adentro. Reconozco que me excité mucho, y esa noche me masturbé en la cama pensando en él.
A la mañana siguiente me preparé un zumo de naranja y salí a mi terraza sólo con una camiseta y mis braguitas, con la secreta esperanza de que apareciera de nuevo. Y tuve suerte, a la media hora allí estaba, pero esta vez salió desnudo. La media hora de espera me tenía mojada, y sólo verle me puso aún más caliente. Así que decidí, en medio del calentón, bajar a visitarle. Salí como estaba y cerré la puerta, sin coger las llaves, y bajé a su puerta. Llamé, y al poco salió con un batín puesto. No sé qué pensaría al verme allí, en bragas y con una camiseta y marcando pezones, y contandole que había salido a regar las macetas del descansillo y se me cerró la puerta con las llaves dentro. Bueno, soy Carlos, adelante, espera aquí al cerrajero si quieres.
Pasamos a su pequeña salita, él me miraba sorpendido y yo no sabía que hacer, hasta que de repente su batín se abrió un poco dejando salir su polla erecta.
Perdona, parece que he interrumpido algo, le dije señalando su paquete.
El se miró y sonrió, pero no se tapó, y dijo, sí, estaba pasando un rato erótico en solitario.
Entonces le dije, bueno, igual podría ayudarte si quieres.
¿En serio? me dijo, pero ya quitandose el batín
Yo me moría de ganas por tocarsela, así que se ...