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¿Cómo fue que empecé a ser un pasivo insaciable a los 14 años?
Fecha: 02/04/2021, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... pre-eyaculatorio goteaba bastante. Digo lo nervioso porque estaba sonrojado hasta el tope, sentía un calor intenso por todo el cuerpo y ese calor se volvía mas insoportable cuando el me ordenaba a hacer cosas, como posarme en la cama en la posición del perrito, lo cual fue lo siguiente que hice una vez que terminó de desvestirse. Como dije, estaba muy excitado, pero para Luis no fue suficiente, pues decidió darme un beso negro para prepararme y dilatarme aún mas de lo que yo creía que ya estaba. Mi propia erección me dolía de lo dura que estaba, pero todavía seguía creciendo pues su lengua me seguía enloqueciendo, tanto que el corazón se sentía como si estuviera a punto de salirse de mi pecho. Hubo una pausa breve, pero igual se me ordenó no moverme pues el solo se estaba colocando el condón, lo cual no tardó mucho pues de un segundo a otro, sentí la punta de su pene rozando mi ano, sintiendo ligeros empujones casi imperceptibles, para iniciar. Ahí comenzó todo. Primero entró la cabeza. Después el tronco. Pero el no se detuvo. Sus 19 cm entraron enteros. Lento pero seguro. Claro, yo estaba en otro mundo. La sensación muchos de ustedes seguramente ya la conocen y se de que estoy hablando, pero yo estaba completamente perdido. Dolió, claro que si, pero no tanto debido a que estaba dilatado considerablemente, pero cuando comenzó a penetrarme repetidamente, yo me sentía perdido en la ola de placer una vez que mi ano se acostumbró a su pene, a su delicioso grosor (si, me estoy ...
... excitando). Lo demás fue mas de lo mismo. El detalles es que una vez que mi ano se acostumbró a su pene, el subió la intensidad y la velocidad, provocando que yo pasara desde jadeos leves a gemidos de puta (perdone la expresión) en un instante. Cambiamos de posición varias veces, desde el perrito hasta el misionero, desde el misionero hasta el cuchareo, y del cuchareo al vaquero invertido, que es donde yo terminé teniendo un orgasmo prostático. (¿Qué que es un orgasmo prostático? Eso si te lo responderé. Es, en simples palabras, cuando te corres únicamente por ser penetrado, no por masturbarte y sin tener contacto directo con tus genitales) Mi corrida reveló lo caliente que yo estaba, pues fue tal que terminé salpicando mi propio vientre, pecho, cuello e incluso mi barbilla, y en ningún instante el se detuvo, sino hasta que sintió que ya era momento de correrse, y por supuesto, eligió el lugar correcto para hacerlo, en mi boca. Se levantó rápido quitándose el condón, acostándome boca arriba en la cama y posando ambas rodillas encima de mis hombros, de modo que la punta de su pene diera con mi boca, soltando esa delicia de leche en mi lengua, provocando, por lo caliente que estaba, que me lo bebiera. Durante esa sesión de sexo, yo no era el mismo, el chico que tenía sexo con Luis no era yo, era un esclavo del placer. Y eso me resolvió todas las dudas. Perder esa apuesta me aclaró las dudas. Tener sexo con el esa noche me resolvió las dudas. El mañanero que fue mas de lo mismo ...