Cambio de mujer decente a una mujer liberada
Fecha: 31/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: veronica79x, Fuente: CuentoRelatos
Soy Verónica de 36 años casada con hijos, llenita más no gorda, caderona y nalgona de tetas 36c.
Mi historia comienza en mi oficina que casi siempre estoy sola, un día mi jefe se comunicó para decirme que vendrían a pintar la oficina, a esto no le di importancia ya que muchas veces iban a darle mantenimiento a la oficina, pero lo que nunca pensé es que esa vez sería diferente y que cambiaría mi vida, mi forma de ser, en pocas palabras seria otra mujer en mi misma.
Bueno resulta que el señor Héctor llego el martes once de Agosto del 2015, al cual conozco desde hace tres años además de convivir en la fiestas anuales de la empresa, tomar una copa y bailar con él, había algo de amistad, él siempre hacia el mantenimiento de la oficina, por lo cual después de saludarnos y comentar cosas sin importancia, empezó su inspección para ver que trabajo realizaría, al momento de inspeccionar la oficina y trasladarse de un lugar otro veía que no me quitaba la vista de encima, y me comentaba que guapa estaba, que me veía bien, y no sé qué cosas más a lo que no conteste y solo me fui a mi lugar, hasta que vi cómo se tocaba el pene al momento me dio mucho coraje y asco, una vez acabada la inspección de la oficina me comento que el día de mañana regresaría no le conteste y mi actitud fue de indiferencia, una vez que se retiró sentí en mi entrepierna mojada y algo extraña o mejor dicho excitada y confundida, después con el trabajo se me olvido el tema.
Al siguiente día yo ya me ...
... encontraba en la oficina y treinta minutos después tocaron a la puerta momento que sentí que las piernas las tenía como gelatinas y mi entrepierna se empezó a mojar, abrí y era el, me comento que subiría su herramienta y materiales para realizar su trabajo me invito a desayunar que me invitaba ya que su esposa le manda bastante comida, yo la acepte pero vi como su mirada me comía y eso que no uso ropa pegada ni escotada total que seguimos desayunando una vez que terminamos se puso a trabajar igual que yo, pero cada vez que me paraba veía como se me quedaba viendo el trasero, (llevaba un pantalón holgado pesquero delgado con unas zapatillas altas que hacía que las nalgas se me vieran más (grandes y redondas), me sentí halagada y a la vez con pena), y me comentaba que bonita señora con usted se alegra las mañanas.
En los siguientes días no sé qué me pasó, pero me arreglaba coquetamente me ponía pantalones más ajustados que dibujaban mis nalgas, mi sexo y blusas que dejaban ver el canalito de mis pechos hasta deje de usar pantaletas y brasier mata pasiones y me compré brasieres push up de los que hacen que se te vean los pechos juntos y redondos, así como panties cacheteros, los cuales sentía que se metían en medio de mis nalgas. Al principio sentí incomodidad, pero cuando salí a la calle fue como un golpe de morbo de que como si la gente supiera que traía bajo la ropa, todo esto lo hacía sin que mi esposo se diera cuenta. Le decía a mi esposo que yo me iría en pesero a mi trabajo con ...