1. Una juventud madura (IV): Pasión de venganza


    Fecha: 01/11/2017, Categorías: Grandes Series, Autor: jtvalverde, Fuente: CuentoRelatos

    Desperté de mi sueño y todo parecía ser normal. La luz de la luna entraba por la ventana como también una brisa de aire frío que resbalaba por mi trasero y me ponía la piel de pollo. Algún ruido me había hecho despertar, pero con las luces apagadas solo podía ver un poco de suelo cercano a la ventana y algunos muebles.
    
    Una voz se acercó a mi oreja, una voz que deduje desde un principio que era David.
    
    -Fran, me has fallado- dijo susurrándome de forma directa.
    
    -¿Pero qué dices? -pregunté sin saber por dónde iban esas palabras.
    
    -Yo te lo enseñé todo y tú te has estrenado antes con Edu que conmigo. Yo quería ser el primero- dijo aumentando el volumen de la voz.
    
    -David, ya lo hemos hablado antes y me has dicho que no estabas enojado, además quiero descansar. -le aclaré.
    
    David no contestó, pero noté como se levantaba y salía de la habitación y yo volví a caer rendido sobre las sábanas. Ese tiempo de descanso no duró mucho. Una sacudida de la cama me hizo volver del mundo de mis sueños a la realidad. Sentía como algo me estiraba de las manos y de los pies, inmovilizándome todo el cuerpo.
    
    La lamparilla se encendió y en su interruptor se encontraba David. Fue en ese instante cuando pude ver que me encontraba boca abajo, atado de las manos y de los pies por cuerdas, atadas a cada una de las patas de la cama.
    
    David se acercó a mí y con cara de enfadado y al mismo tiempo de niño llorón me susurro:
    
    -Yo quería ser el primero, pero como no puede serlo, me he ...
    ... reservado el segundo puesto-
    
    Entonces entendí que la noche iba a ser muy larga.
    
    Sacó de una bolsa el vibrador que yo había utilizado para penetrarle el día anterior y le echó un buen chorreo de lubricante. Le pedía por favor que recapacitase y que no lo hiciera, pero en vez de eso se situó sobre la parte inferior de la cama donde quedaban mis piernas abiertas y mi culo libre para quien quisiera tomarlo, y empezó a acercarme el pene de plástico hacia el culo. Apreté las nalgas como nunca había hecho, pero él seguía acercándose.
    
    -Cuanto más lo cierres, más te dolerá -dijo el rubio de David– Disfruta de ello.
    
    Fue entonces cuando entendí que si le dejaba hacer lo que quisiera con mi cuerpo sin oponer resistencia el dolor iba a ser menor, así que dejé mi cuerpo inerte y muerto, y él metió el vibrador dentro de mí a poco a poco. Sentía el culo adolorido. El recto me escocía con cada mete saca del plástico y mi cara daba los síntomas del dolor. Mi intención era no gritar y así me pude mantener. David aumentaba el ritmo y lo disminuía constantemente hasta que sacó todo el vibrado y gateó hasta mi cabeza rozando su pene erecto por toda mi espalda. Puso sus piernas por encima de mi espalda y su pene por debajo de mi cabeza. La cogió con las dos manos e introdujo su pene en mi boca metiéndomela hasta la campanilla y produciéndome algunas arcadas. Sus manos ya no hacían falta una vez dentro. No podía salir por ningún lado así que se centró en el movimiento de cadera. Me sentía ...
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