1. El mejor cumpleaños de mi vida


    Fecha: 02/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Cuando cumplí quince años me sentía especial, era como si ya fuese mayor. Mi madre es una mujer muy atractiva y siempre había sido para mí un ejemplo a seguir en todas las facetas. Su forma de vestir, su pelo, su sonrisa, su manera de ser...en fin todo. En aquel cumpleaños que aún recuerdo con especial cariño y excitación pasó lo que llevaba tiempo deseando. Mis primos de Barcelona habían venido a Málaga de vacaciones, así que mi madre preparó el mejor cumpleaños de mi vida. Alberto tenía cuando aquello 19 años y Oscar 25. Son dos chicos guapísimos y están para comérselos aún hoy en día. Pero a lo dicho. Después de toda la fiesta mi madre salió con mi tía a dar una vuelta y yo me quedé con mis primos en casa, jugando a un bonito juego de mesa. Entre risas y rozamientos me di cuenta que mis primos me estaban tocando más de lo normal. Estaba sentada en medio de los dos y no se cortaban un pelo en tocarme las piernas o rozarme ligeramente mis pechos, lo cierto es que cada vez me estaba poniendo más caliente. Creo que fue Oscar quién se dio cuenta de tal circunstancia y comenzó a acariciarme el pelo con delicadeza, me daba tantas cosquillas y gusto que cerraba los ojos sin querer. Recuerdo que Alberto puso sus manos sobre mi rodilla y yo no dije nada, Alberto comenzó a acariciar mis muslos sin parar. Oscar se levantó y continuó acariciando mi larga melena echándome hacia atrás la cabeza. Continué con los ojos cerrados dejándome llevar por la situación. La verdad es que estaba ...
    ... empapada, siempre había jugado con mis primos en los veranos que venían a vernos y en más de una ocasión los juegos eran un poco picantes. Alberto fue el más atrevido y sin darme apenas cuenta su mano llegó hasta mis tangas, tocó por encima de mi raja y me hizo estremecerme de gusto. Oscar bajó con su mano acariciandome por encima del pecho primero, para luego meter sus manos por dentro de mi camisa y comenzar a acariciarme los pezones de manera maravillosa. Comencé a sollozar a gemir, me daba la sensación de estar flotando. Oscar se acercó a mi oído y me pidió que fuéramos a mi habitación. Me levanté sin dudar y caminamos lentamente hasta llegar a mi cuarto. Nada más entrar los dos comenzaron a desnudarse por completo. Yo estaba sentada en la cama observando atentamente, al fin, los dos chicos se quedaron sin nada de ropa frente a mí. Sus pollas eran grandes, Alberto tenía una enorme polla gorda y recta con unos testículos grandísimc. Oscar ña tenía más larga pero algo menos gruesa, pero eran dos buenas piezas sin dudarlo. Me quedé sorprendida, hasta que los dos se acercaron a mí. Agarré con ambas manos las dos hermosas vergas que tenía frente a mí y comencé a menearselas mientras les miraba a los ojos. Los dos estaban excitadísimos, parecía que fuera a rebentar sus pollas en cualquier momento. Al verles tan sumisos a mí entregandome aquel delicioso manjar me la fui alternando en mi boca. Les hice una mamada increible, recuerdo perfectamente que me la metía en la boca como si ...
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