1. Rosy y el vecino


    Fecha: 29/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ello. Con suavidad y sabiendo qué y cómo hacerlo y ya que todos mis líquidos habían empapado mi culo. Me abrió las nalgas tanto como pudo, acomodó la cabezota en la entrada de mi culo, que a pesar de conocerlo muy bien, se negó a darle cabida; aunque me puse "flojita", no cedió al primer intento, y es que es mucha verga. Volvió a intentarlo con mayor ímpetu, eso me dolió, pues es muy gruesa. Yo estaba con los codos y la cabeza hundidos en el colchón, con mi redonda cola bien en lo alto, ansiando mordisquearle la verga con mi culo, así que lo incité a que no tuviera compasión, que me empalara como fuera. La sacó y repitió la operación, sabía tan bien dilatar mi esfínter que, además, deseaba ser penetrado por esa chota. Poco a poco, fue ganando distancia hasta que me la metió toda y no se movió, ahora le tocaba a mi culo adaptarse a la verga de mi amante. Momentos después, comenzó a darme una cogida realmente inolvidable, su mano derecha pasó por delante de mi cuerpo y cubrió completamente mi conchita. Esa sensación me hizo contraer los músculos de mi culo y apretar su verga aún más, ordeñándola con ansias. De inmediato reaccionó diciéndome que mi jugosa almeja y mi hermoso culo aprietan como bocas sedientas… Sus dedos acariciaban mis partes haciendo deliciosos círculos alrededor de mi clítoris y apretándolo fuertemente por momentos, luego sus embestidas comenzaron a ser fuertes empellones, que yo amortiguaba con mis nalgas, mientras él y sus dedos continuaban trabajándome. ...
    ... Mis gemidos y mis gritos eran inauditos, pero no me importaba, no nos importaba que nos escucharan; de hecho, me excita mucho que me escuchen cuando me están cogiendo. Sentí que su respiración se aceleraba tremendamente y la velocidad y la fuerza de sus embates aumentaba también y él comenzó a gemir deliciosamente, de su boca salía el grito de: -Eres mía, mía… - Mi culo sintió unas maravillosas contracciones, adivinando que mi amante me acabaría en el culo, y ambos queríamos terminar juntos, era lo mejor, era increíble cuando mi orgasmo llegaba y él se acababa dentro de mi cola. Las contracciones de su verga no cesaban, me estaba inundando el culo con su quemante leche, las contracciones de mi anillo estrangulaban su garrote, extrayéndole y ordeñándole la verga. Mi amante siempre estaba "bien cargado" para mí, así y sin salir de mí, todos los ritmos disminuían poco a poco, estábamos agotados pero plenos de sexo, plenos de placer, total y deliciosamente satisfechos. Caímos juntos en la cama y nos abrazamos, nos besamos… Pasamos minutos sin pronunciar palabra alguna, solamente besos y caricias y mi mano no perdía la oportunidad de acariciar su verga , su cuerpo. Comenzamos a conversar y me preguntó si alguna vez había sentido remordimiento por estar con él, a lo que yo le hice la misma pregunta. Él me dijo que no, que yo lo llenaba al máximo y que como mujer, yo había sabido borrar toda posibilidad al arrepentimiento o al remordimiento, que a diario sentía un incontrolable deseo ...
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