1. Nunca sabes cómo acabará la noche


    Fecha: 03/05/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Lauer, Fuente: CuentoRelatos

    ... contra mis pechos. Este si lo hizo, los lamió. Arqueé mi cabeza en el momento que sus manos juntaban mis tetas sobre su cara. Un escalofrío me recorrió. Estábamos solos y sabía que no debía dejárselo hacer. Pero no era yo. Aparté a un lado el pequeño tanga y le mostré mí húmedo coño. Siempre era yo quien daba el primer paso, el tan solo cogía lo que yo le ofrecía. Y lo cogió, lo manoseó y lo penetró no con uno, sino con dos dedos que movió rítmicamente. Entraron sin dificultad. Al oír el sonido de su cremallera deslizándose tuve conciencia de mis actos y me levanté rápidamente. No debía, no podía seguir. Bailé un poco más y por suerte la canción terminó. Nos despedimos dándonos un tierno beso en los labios. Que caliente estaba.
    
    Decidí volver como estaba. Solo me cubrí con la blusa. Dejé mis pantalones y el sujetador en el vestuario de bailarinas. Javier se sorprendió al verme de esa guisa, solo con la blusa que transparentaba mis pechos más que los ocultaba y el tanga. También se fijó en que no sobresalían pelillos por los costados de tan pequeño trapo. ¿Cuándo te has depilado? ¿Cuánto te has quitado? preguntó insistentemente riendo mi osadía. Yo le respondía con mi silencio. Tanto insistió que al final solo le dije que tendría que esperar para averiguarlo.
    
    Seguimos hablando, la noche nos había deparado muchas sorpresas y le pregunté si estaba tan excitado como yo por todo lo que estaba sucediendo. Miró a la chica que en esos momentos estaba bailando en el escenario y ...
    ... señalándola afirmó que lo único que quizás podía encenderle aún más sería que subiera al escenario a bailar sensualmente frente a todos. No me lo podía creer. Era insaciable y depravado. Al negarme quiso que me sacara la blusa. Quería exhibirme orgulloso con los pechos al aire. Volví a negarme, no quería, no podía delante de tantos hombres. Él es muy insistente y trató de abrir la blusa en más de una ocasión. No sé porque es tan pervertido cuando se trata de enseñar mi cuerpo.
    
    Carla volvía a tener sus minutos sobre el escenario. Esta vez no me lo preguntó. Con la colaboración de mi marido y un par de hombres que manosearon mi culo pretendiendo ayudarme, me subieron al escenario. Estaba todavía cegada por las luces cuando Carla me arrancó la blusa. Allí estábamos las dos, con los pechos al aire y un pequeño trozo de tela cubriéndonos lo último que podíamos enseñar. No oía la música. Lo impedía la algarabía de tantos hombres vociferando.
    
    Me dio un beso en los labios, reclinó su cabeza sobre mi hombro y frotando ligeramente con la palma de sus manos mis pezones comentó.
    
    .- Ya sabes que no soy lesbi… Pero… Es tan excitante tenerte tan cerca… aquí arriba… frente a estos salidos... –lamiendo descaradamente mi cuello subiendo por detrás de mí oreja.
    
    Inauguramos el baile con nuestros cuerpos muy pegados. Nos besamos, nos acariciamos. Estábamos recreando un “falso” espectáculo lésbico. Nos lamimos mutuamente los pezones y terminamos simulando un 69 sobre nuestros tangas. Al ...
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