Yago (III): El cabo Gabriel
Fecha: 03/05/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... lo inundó todo.
Y, justo, en ese momento, apareció el Duque de Choisely, que entró en la habitación hablando francés, atropelladamente, y en un tono bastante desagradable.
El Marqués, abrió los ojos; y al ver al Duque armando tanto alboroto...
- ¡Si’l vous plaît!, Monsieur. ¡Compórtese!
- ¡Excusez moi!, Monsieur le Marquis!, pego es que he estado buscando a Gabgiel por todo el castillo, dugante toda la mañana; y gesulta que al entgag en vuestga habitación, me lo encuentgo metido en vuestga cama…
El Marqués, miró a la derecha, y efectivamente, ahí estaba el cabo.
- ¡Ah! ¡jajaja!… se os ha escapado, ¡eh!, Sr. Duque.
Y en ese momento Gabriel simuló despertarse…
- ¡Ah!, Sr. Duque. ¡Discúlpeme!…
... pero, no podía pegar ojo, con vuestros ronquidos…
Los dos nobles, sorprendidos por sus palabras, se miraron y se echaron a reír; al fin y al cabo, el chico les hacía gracia... y no era fácil encontrar a un muchacho de esas características, para realizar servicios como los suyos.
El cabo, aunque no guapo, tenía sus encantos; y sobretodo, un cuerpo maravilloso.
Parecía estar “hecho para follar”, decían sus amigotes.
Pero, de repente, El Marqués se dio cuenta de algo que le produjo un tremendo sobresalto; y se levantó de la cama azoradamente.
- ¡Mis disculpas, Sr. Duque!... pero necesito unos minutos para vestirme, s’il vous plaît...
- ¡Ah!, ¡excusez moi, monsieur!
Y el Duque salió de la habitación del Marqués, con cierta displicencia.
- ...
... ¡Gabriel!, cuando llegaste... ¿no viste a nadie en mi cama?
- ¡No, Sr. Marqués!… ¿por qué lo pregunta?
- ¡Por nada!, ¡por nada! Baja y dile al capitán Salazar que venga a verme inmediatamente.
- ¡Como mande, vuestra excelencia!
Salió de la habitación y bajó al patio de armas.
Miró a su alrededor... y pensó en cómo hacerlo.
Luego, se dirigió al acuartelamiento, y entró con decisión en las dependencias del capitán, y al verlos abrazados y profundamente dormidos, lo tuvo claro.
Con mucho sigilo abrió el armario y...
Una casaca, una camisa, un calzón, unas medias, los zapatos y el bicornio.
Yago y el capitán, estaban a la par, en cuanto a talla, pensó Gabriel.
Lo metió todo en un petate, que casualmente había encima del armario; y salió del cuarto con rapidez.
Al llegar a la puerta, llamó a un soldado de la guardia.
- ¡Soldado!… ¡decidle al capitán, que el Marqués reclama su presencia!…
Y cuando el capitán oyó los golpes en la puerta; y oyó la voz del soldado.
- ¡Pase de una vez, soldado!...
- El Marqués le reclama con urgencia, ¡mi capitán!
Se levantó y despertó a Pedro...
- ¡Regresad al calabozo!
Se vistió rápidamente, mientras pensaba en lo que podría querer su excelencia; y salió casi a la carrera...
- ¡El prisionero, ha desaparecido, capitán!…
...¡ha desaparecido!...
Salazar, miró por todos lados, e incluso entró en la salita roja.
- ¿Cómo ha sido, Sr. Marqués?
El Marqués, estaba rojo de ira y todo lo que ...