Doña Felisa responsable de mi debut en el sexo
Fecha: 10/05/2021,
Categorías:
Fetichismo
Sexo con Maduras
Primera Vez
Autor: pepitito, Fuente: xHamster
Con 15 años por cumplir, mi experiencia sexual se limitaba a las frecuentes pajas que aliviaban mis deseos mientras miraba las fotos de las revistas pornográficas que llegaban a mis manos.A esa edad, con las hormonas en revolución, doña Felisa era mi ídolo femenino. Vivía en la casa vecina y mi familia tenía una buena relación con ella. Era una mujer cercana a los 60 años que me tenía enloquecido por su par de tetas.Mis padres trabajaban, y se iban por la mañana para regresar por la tarde. Por mi parte, iba al colegio por la mañana y tenía toda la tarde libre para estudiar o vagar. Como mencioné, nuestra casa lindaba con la de doña Felisa y frecuentemente nos comunicábamos por los fondos.Viuda desde muchos años antes, vivía sola en su casa. Como me conocía de pequeño, me había tomado afecto que yo correspondía haciéndole algunas compras menores en los comercios de la zona, y que ella retribuía con propinas o regalitos. Yo estaba siempre a mano para esos menesteres pues era la manera de estar cerca y admirar sus pechos que cada día me gustaban más y motivaban las auto satisfacciones manuales que realizaba, evocándolos en mi memoria. Por lo que relato a continuación, creo que la veterana había tomado nota de mis miradas y se propuso hacerme instrumento de su apetito sexual, contenido por varios años.Mi inclinación por doña Felisa surgió cuando, un día asomado desde mi casa pude verla en ropa íntima. Llevaba puesto un calzón que cubría su exuberante y redondo culo y un corpiño ...
... blanco que a duras penas podía retener ese par de melones los que a partir de ese momento fueron mi ensoñación. Como si fuera hoy mismo recuerdo que luego de esa visión me hice una brutal paja imaginando que chupaba esas tetas.A partir de ese día me transformé en su servidor y siempre estaba dispuesta para sus encargos. La intención era tener cerca de mi vista esas tetas.Tanta ilusión y devoción tuvo por fin una grata recompensa y que es motivo de este relato. Una tarde de aquellas en que me encontraba vagando, doña Felisa me pidió que le fuera a comprar una lámpara para reponer una quemada. Cuando llegué con el encargo, fingiendo que le dolía la cintura, me pidió que entrara a su casa para cambiarla. Me alcanzó una silla para subirme y se quedó al lado sujetándola. Resulta que ese día tenía puesto, a propósito, un vestido muy escotado que exhibía claramente sus portentos, y que subido a la silla se veían hasta los pezones. En lugar de cambiar la lámpara me extasié por un largo instante mirado sus preciosuras. Fue tan evidente mi mirada, que con una mirada socarrona me preguntó• Que es lo que miras tanto? No serán mis senos, verdad?• Eso mismo, dije un tanto cortado• Y te gustan tanto como para quedarte alucinado?• Porque para mí son las más lindas del mundo, respondí.• Gracias por el elogio pero son los senos de una mujer mayor• A mi no me importa, me gustan y mucho.• Te gustaría verlas, me dijo mirándome a los ojos? sorprendiéndome• Verlas y tocarlas, dije con desenfado• ...