Mi hija y el MSN - Parte 3
Fecha: 11/05/2021,
Categorías:
Gays
Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos
... dio un respingo. Volví a tomar su boca y dejé de nuevo que mi lengua la penetrara haciendo añicos su escasa voluntad. Mis manos recorrían su cintura y me acomodé un poco mejor para bajar mi pene hasta la entrada de su cuevita. Sentí los abundantes jugos de su sexo mojando el glande de mi pene. Solo tendría que hacer un pequeño movimiento y mi pene estaría finalmente dentro de ella.
No, por favor no lo hagas. – Me dijo en un susurro.
No lo haré, confía en mi. – Le dije y ella me besó de nuevo.
Confío en ti, ayúdame por favor. – Me dijo como en un lamento.
Si mi princesa. – Le dije besándola nuevamente
Seguí moviendo mi pene por fuera de su cuevita sin penetrar en un suave vaivén. Ella solo hacia sonidos guturales, disfrutando el momento. Finalmente decidí acabar con su tormento y girando mi cuerpo, me puse a un lado de ella y empecé a besar sus senos, como lo había hecho antes mientras metía el dedo corazón muy dentro de su vagina.
En cada movimiento de mi mano, ella se arqueaba y empezó a gritar mi nombre. Tenía mi mano mojada de tantos líquidos que le salían y seguía aprisionando sus pezones con mis labios, mordisqueándoles de vez en vez. Finalmente dio un grito mas alto que los anteriores y gritó:
Me vengo! Ay me estoy vinnnnn. Ahhh
Se quedó quieta por un instante, con los ojos cerrados, disfrutando el momento.
Gracias, papi. Ha sido maravilloso. Te prometo que te lo voy a compensar.
Está bien, no te preocupes.
Voy a dormir tan ...
... profundamente que bien puede pasar un tren y yo ni me enteraré. – Dijo. – Es mas…
Dime
Estoy segura que bien me podrían violar y yo ni me entero. Yo no puedo evitar que algunas cosas sucedan mientras estoy dormida, no crees?
Supongo, pero imagínate que te despertaras cuando te estuvieran violando.
Estoy segura que por vergüenza yo no diría nada. Aunque te aseguro que no me voy a despertar si eso pasara claro.
Acto seguido, se quitó la parte de la bata que aún conservaba arriba de sus senos y se acostó junto a mi abriendo sus piernas. Cerrando los ojos dijo.
Buenas noches, papi. Disfruta.
Buenas noches. Así te vas a dormir?
No me contestó sino que empezó a roncar quedamente. Mi pene quería reventar, la invitación estaba dada y entendí la manera tan inteligente que había encontrado para no dejar de cumplir su promesa y darme al mismo tiempo el placer que quería darme. La admiré en toda su desnudez, y me puse entre sus piernas con mi pene de nuevo en la entrada de su intimidad. Ella ni se inmutó. Seguía “dormida”. Finalmente entré en ella suavemente, poseyéndola así con ternura. De vez en cuando no podía evitar el gemir al sentir mis embates, devorando aquella carne fresca, y mojada. En algún punto, entraba tan duro y gemía que era imposible que una persona normal no se hubiera despertado. Mis huevos hinchados me dolían por tanta leche acumulada y al sentir que estaba a punto de explotar, me salí de ella y dejé mi carga caer sobre su abdomen, mojando su tripita, su ...