La consulta
Fecha: 12/05/2021,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
La consulta
Eran cerca de las 14’00 horas cuando entro en mi consulta la última visita de la mañana. Era una señora de unos 35 años de edad, muy guapa, morena, bastante alta, de pronunciadas curvas aunque no gorda. Le pido que me explique lo que le ocurre y me cuenta que desde hace un tiempo ha notado ciertas molestias digestivas y sufre una ligera incontinencia ya que últimamente mancha mucho las bragas. Le digo que vamos a mirar que pasa y le ruego que se desnude y se tumbe en la camilla. Se desnuda detrás del biombo y se queda en ropa interior.
Cuando me acerco a la camilla observo su cuerpo; tenía mucho pelo en las axilas y en las ingles, sobresaliendo de sus bragas blancas. Empiezo a percibir un fuerte olor a sudado cuando me acerco. Le palpo la zona abdominal sin notar nada raro y sin sentir ella ningún dolor. Le pido que coloque las piernas en los soportes laterales y que se baje las bragas que le examinaría la zona anal. Mientras me coloco los guantes de látex, ella se desprende de sus bragas y puedo ver que están muy sucias de la entrepierna con grandes manchas marrones de excremento en la zona que está en contacto con el ano. Empiezo a notar el típico olor acre de las heces.
Cuando termina esta operación puedo observar su sexo, está recubierto de una gran mata de pelo, brillante por su humedad. Empiezo a percibir su olor, es muy fuerte pero muy agradable. Le pido que levante su culo para poder examinarle el ano. Dios mío! Qué culo más peludo tiene la ...
... condenada. Me acerco para observarlo mejor, le separo las nalgas y dejo al descubierto su rosado ano, completamente cagado. El olor a excremento penetra fuertemente en mis fosas nasales, lo observo detenidamente y percibo sus pequeñas contracciones y puedo apreciar como a cada contracción suelta una pequeña cantidad de caca. Qué visión!
Sigo manipulando los arrugados pliegues de su cuando de repente suelta un tremendo pedo acompañado de excremento que me mancha la bata blanca, inundando la habitación de un olor nauseabundo. La mujer enrojece, me pide disculpas y le empiezan a brotar lágrimas de sus ojos. Le digo que se tranquilice, que no se preocupe y sigo con mi revisión. Observo los músculos de su esfínter, los palpo y veo que todo parece normal. Le digo que voy a introducir un dedo en su ano para comprobar su interior, ella asiente y cuando iba a por el lubrificante me doy cuenta de que no es necesario, que la gran cantidad de excremento que hay en esa zona me facilitará la tarea.
Empiezo a masajear su ano circularmente con el dedo anular hasta que poco a poco cede a mi presión y se introduce de golpe con un ligero "plof" al tiempo que su esfínter no puede retener otro sonoro pedo. Vuelve a llorar pidiéndome disculpas, la tranquilizo y sigo con mi exploración. Al remover mi dedo en su ano, son constantes los apagados ruidos de varias expulsiones de aire por su ano y el olor impregna totalmente la consulta. No noto nada anormal y empiezo a sospechar que su dolencia se debe ...