1. CADA VEZ ES MEJOR… ME GUSTA, PERO ME PREOCUPA 4


    Fecha: 13/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... y entró hasta que pudo soportar. Con calma, suavemente me meneaba logrando un vaivén acompasado que le producía placer sin dolor. Logramos acoplarnos en diferentes posiciones hasta llegar a la del perrito y pude ver como se abría para permitirme entrar en ella. Acaricié la roseta de su anito y ensalivando un dedo le metí solo una falange. El anito era muy chiquito y no me anime a desvirgarlo recordando el sufrimiento de Dani cuando se lo rompí. Quería darle solo placer y no dolor. Esta pose me excitaba al extremo de llevarme a eyacular en su interior. Nos levantamos para comer algo después de bañarnos. Luego volvimos a la cama. A Rosita le gustaba tocarme y mirar mis genitales en todos sus detalles… -¿Tu papá te enseño a besarle la pichula, mamita?. -No, señor. Nunca le toqué, solo lo miré. Mi papá me abría las piernas y me metía su cosa y me hacia doler hasta que me empujaba fuerte y su cosa se hinchaba y me hechaba algo calentito y después se ponía blandita y me la sacaba y nada más… -Si querés podés darle besitos en la cabecita, pasarle la lengüita o meterla en tu boquita para chuparla despacito sin morderla. También, si querés podés hacer lo mismo con mis ...
    ... huevitos… Primero me miraba incrédula. Miraba mi sexo, pero al rato solita besó la cabecita y fue besando todo. Asi aprendió a chuparme, sin apurarla. Durante las dos semanas que no estuvo la madre fueron días a puro sexo. Me prometió que nunca diría nada y cumplió. Tenía miedo de que metieran preso a su padre. Cuando la madre volvió se fueron a su rancho hasta que pudiera la mujer volver a trabajar. No las volví a ver. La rutina del trabajo a la que estoy sometido me volvió a poner en contacto con otro caso. Este no fue por una denuncia sino que por una circunstancia fortuita descubrí a un subalterno que tenía relaciones con sus hijas desde que quedara viudo. Es un suboficial, joven aún de unos 34 años, padre de cuatro niñas de entre 11 y 5 años, con el que se estableció una buena comunicación desde el momento de mi llegada al destacamento y que una noche me invitó a comer a su casa. Hizo un asado que fue “regado” con buen vino casero. Las abundantes libaciones nos llevaron a las confidencias y entre ellas el descubrimiento del incesto practicado con las cuatro nenas, habiendo penetrado a las dos mayorcitas de 11 y 9 años. Hago un parate aquí. Debo volver al trabajo. 
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