Convencí a mi amiga de ser prostituta - Relatos Eróticos

Convencí a mi amiga de ser prostituta

... un poco sin quitar sus piernas de mis hombros y comencé a sacar mi pene muy lentamente para después volverlo a meter con mucha fuerza, ahora si vi que se le salieron las lagrimas y me volvió a decir que la había lastimado, le dije que me disculpara y que ya sería mas delicado con ella, cuando comencé a meter y sacar mi pene me lo estaba succionando, era como meter mi pene en un molde a una medida mas pequeña, literal estaba ahorcando mi pene, sinceramente no aguante mucho y me vine a dentro de ella, yo creo que no agauante mas de 10 minutos, estaba mas que estrecha, estaba cerradita. Descansamos un poco y ella se puso de espalada, algo así como en posición de cucharita, la abrace y comencé a besarle su espalda y sentí como estaba teniendo una erección nuevamente, le levante su vestido por encima de las nalgas, le levante una pierna y de nueva cuenta le hice a un lado su tanguita y la comencé a penetrar, ahora si mas tranquilo por que no quería terminar tan rápido, pero aún así no aguante mucho, después de un tiempo ya no aguante más y me volví a venir adentro de ella. Nos descansamos un momento y entro una llamada a su celular, era su mamá, me pidió permiso para bañarse nuevamente y le dije que si, volvió a ponerse su uniforme (su blusa de Telecel, su pantalón negro y sus zapatos de piso) me dijo que le guardará la ropa que le había comprado, ahora si le dí un pequeño beso y le dí $600, le había dado $100 extra para que se comprará la pastilla de emergencia. Pasaron los días ...

... y de vez en cuando nos veíamos para tener sexo, a veces era en los baños de la tienda, o un rapidin en el carro en su hora de comida, así pasaron unos 2 meses hasta que un día un cliente me dijo que estaba bien buena la modelo que utilizaba para hacer sus lonas que se la presentará, en ese momento comencé a pensar muy cachondamente, le dije que no sería barato presentarsela, me dijo que me daría $1,000 por que se la presentará y a ella le daría otros $1,000; el cliente ya era recurrente y lo conocí bien, sabía que tenía el dinero para pagar sin problema, le dije que me dejará pesarlo y que se diera una vuelta el martes, ese día era jueves. El fin de semana había quedado con Ana de ir al parque para que llevará a su hija, ya eramos algo así como novios sin ser formales, yo traía en mente la propuesta de Don Hector, mi cliente, y no sabía como decirle sin que se ofendiera, llegamos al parque y su hija se fue al área de juegos, como era temprano (las 7:15 para ser exactos) no había gente, sólo se veía una que otra persona trotando y haciendo ejercicio, vi la oportunidad y nos metimos a los baños de caballero, ella traía una falda que le llegaba un poco por encima de sus rodillas, solo un poco, era color negra, una blusa de tirantes negra y unos huarachitos que dejaban al descubierto casi todo su pie, se veía coqueta, entramos al baño, cerré la puerta y la acomode así paradita y con las manos apoyándose en la puerta, le levante su faldita y le baje sus calzocitos, solo un poquito ...