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Agente inmobiliaria
Fecha: 16/05/2021, Categorías: No Consentido Autor: donosti69, Fuente: CuentoRelatos
... tengo que masturbar solita me encanta hacérmelo en la ducha, pero si me lo tienen que hacer en la camita… volvió a decirme con cara ingenua. Yo estaba ya para saltarle al cuello, y le pregunté, y últimamente donde está habiendo más actividad, ¿en el baño o en la cama? Soltó una carcajada, y sin cortarse, me dijo, últimamente en todas partes, pero yo solita y muchas veces. Vaya, pues que lastima, ¿no? Si es una lástima que tú tengas que probar ese colchón y no tengas con quien, y que yo esté todo el día caliente. Dijo poniendo una cara de deseo que asustaba. Igual podríamos hacer algo, ¿no? Pregunte torpemente. ¿Cómo qué? Pregunto ella. ¿Me vas a masturbar tú? ¿O que se te ocurre? Ocurrir se me ocurren muchas cosas, contesté. Ella cogió se subió la minifalda, y me dejo ver sus medias que llegaban hasta más de medio muslo, y su tanga diminuto de color azul, mientras me decía, pues dime alguna porque estoy un poco húmeda, y se empezó a acariciar los muslos. Yo no dudé y le puse la mano en su tanguita y empecé a acariciar su coño por encima de la tela, mientras ella empezó a soltar gemidos que me excitaron mucho. Estuve dos o tres minutos sobándole el coño, y ella sin parar de tocarse, los pechos y de decir cosas como no pares cielo que lo estás haciendo muy bien. Nos sentamos en el sofá y ella se quitó la camisa y el sujetador, y asomaron ...
... dos tetas enormes ligeramente caídas, que empecé a sobar y a lamer. Ella se apresuró a separar sus piernas y a coger una de mis manos y llevarla hasta allí. Yo seguí con mi trabajo manual sin parar de comerle los pezones y sin parar de excitarme con sus gemidos. Ella estaba fuera de sí, y solo sabía preguntarme cosas, ¿te gustan mis tetas? ¿Vas a comerme el coño? ¿Quieres follarme? Yo no contestaba, solo le daba caña, le metía los dedos, le chupaba los pezones, le daba pellizcos en las tetas… Me arrodillé y me comí aquel tremendo y depiladito coño, enseguida se corrió y gritó como si fuera el último suspiro. Ahora te toca a ti, le dije. Sonrió, me beso y me empezó a desabrochar la bragueta, saco mi polla dura de tanta excitación y empezó a sobarla. ¿Quieres que te la coma cabrón?, me pregunto provocando una especie de morbo y miedo. Si, Elena chúpala. Se inclinó y empezó a succionar y sobarme los testículos, luego empezó a hacerme una paja mientras daba lametones a mi capullo. Estuvo unos cinco minutos, le pedí que parará que si no me iba a correr y que quería follarla. Ella no escuchaba y seguía, y seguía. Estaba a punto de explotar y le advertí, pero ella lejos de parar se abalanzó sobre mi polla y la empezó a menear con frenético ritmo, hasta que solté un chorro de semen que la empapó, cara, pelo y parte de una de sus tetazas.