Feminizado (2)
Fecha: 05/11/2017,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
4)
La madre de mi novia Silvina era una mujer muy liberal, Su marido se había vuelto impotente con los años y el deseo insatisfecho la convirtió en una tigresa devoradora de hombres. Alguna vez la habíamos pescado in fraganti, paseándose con otro hombre por las calles y por eso nos habíamos vuelto un poco cómplices. Silvina que también había demostrado ser muy desinhibida a pesar de su corta edad, se animó a contarle aquello de que me estaba transformando en una chica. A su madre eso no solo no la perturbó en lo más mínimo, máxime que a ella simpatizaba más que su hija noviara con Martín que conmigo, sino que inclusive se ofreció a ayudarme a transformarme en chica. Un día me telefoneó y me dijo que fuera para su casa que me había preparado una sorpresa.
Cuando llegué, Raquel, era su nombre, me hizo pasar a su cuarto y me dijo que por una cuestión de imagen, precisaba una secretaría ejecutiva que la acompañara a una reunión de trabajo muy importante y Silvina estaba imposibilitada de hacerlo. Entonces me pidió que me desnudara, me dió ropa interior que de tan ajustado me disimulaba perfectamente la polla y pantys de lycra negra. Luego me hizo ponerme un conjuntito de minifalda y chaleco corto negros muy ceñidos de su hija Silvina, que me calzaban muy bien.
Ella misma fue quien me calzó unos tacones negros muy altos, me maquilló, y me prendió aros, pulseras y anillos. Finalmente peinó mi cabello que ya entonces tenía bastante largo recogiéndome con una hebilla ...
... algunos mechones. Al veme en el espejo, sonreí de felicidad. Nunca pensé que algún día podría ser una mujer tan atractiva y deseable como mi novia Silvina y competir con ella en la conquista de hombres. En la reunión de trabajo, nos esperaban un importante empresario de mediana edad, con su joven hijo, que apenas me vió quedó alelado. Era un muchacho muy buen mozo, alto, trajeado y con un físico espectacular. Raquel percibió que algo sucedía entre nosotros, y se apartó para conversar con el padre.
Lionel, así se llamaba, trataba de seducirme con su radiante sonrisa y simpatía, yo me hacía un poco la interesante, pero al mismo tiempo apelaba a todas las armas de seducción femenina que Silvina y su madre me habían enseñado. Me cruzaba de piernas haciendo que mi minifalda me cubriera lo menos posible, me recogía el cabello y me lo soltaba y hasta ensayé el arma de pintarme los labios delante suyo. Lionel no pudo más y me invitó a conocer su oficina y en cuanto ingresamos a esta, me tomó de la mano y me besó en la boca. Eso fue muy estimulante, había conquistado al varón de mis sueños en pocos minutos, me sentí como nunca, desenvuelta liberada, allí mismo me arrodillé frente a él, abrí su bragueta y comencé a mamarle la polla. Rítmicamente su enorme aparato se erectó en mi boca y yo se la lamía, se la besaba desesperadamente, yo estaba en el éxtasis, él comenzó a aullar de placer y me llenó toda la boca con su leche, allí recordé lo que Silvina hacía conmigo y la imité, me tragué ...