1. Mi vecino toda una leyenda viva


    Fecha: 21/05/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Paleontóloga, Fuente: CuentoRelatos

    En este momento tengo 19 años, mi gusto por los maduros comenzó no de la mejor manera y desde entonces mis vecinos han sido muy complacientes con mis deseos, pero apenas relataré una experiencia, no será la primera con él pero si la que más me marcó hasta el día de hoy.
    
    Me describo físicamente no soy delgada, unos kilos de más podría decirse, soy caderona por naturaleza, una cola de araña galponera diríamos no me puedo quejar, un par de senos enormes que han sido para mí dolor de cabeza reiterado, pero que en verano son la inspiración de la paja de más de uno. En fin, comienzo con él, es morocho de piel tanto como de cabello, una sonrisa que deja atontada a cualquier mujer sobre la faz de la tierra, unos dientes blancos capaz de reflejarte en ellos, es de esas personas que puede estar hasta la coronilla de problemas pero siempre sonreirá sin perder su característica calma, es delgado, con un culo de mamá mía lo tiene en su lugar como dos duraznos bien firmes que son una incitación al pellizco, unas manos que son de ensueño, en pocas palabras es un fuego el negro, tiene un brillo pervertido en su mirada durante el acto sexual que realmente te hacen creer que al paraíso has llegado, nada mal para sus 47 o 48 años recién cumplidos.
    
    Hubo un trabajo de hormiga previo, no fue despertar desnuda en una cama de un telo de ruta junto a él, pero la primera vez con el junto con todo lo anterior merece relato aparte que quizás lo escriba. Mi trabajo comenzó en un cumpleaños de su ...
    ... hijo desde entonces nada fue igual pero lo sucedido en año nuevo me dio la seguridad de comenzar un juego de seducción sin desperdicio y con maestría.
    
    El siguiente relato es una de las tantas ocasiones que hemos coincidido, sin embargo decidí rememorar esa.
    
    Era una noche fría de agosto, al estar sola sin nadie en esa casa estaba en la computadora sin mucho que hacer vestida de pantuflas, calzas, una campera sin nada debajo ni si quiera un corpiño ya viendo con amor mi cama cuando de repente la pantalla de mí celular se enciende era él, que quería verme sentí como el mundo me bendecía, nerviosa dije que sí que podría esperarlo en casa de mis abuelos que estaba completamente sola que podría venir, efectivamente deje la puerta abierta el entro silenciosamente, cuando entro sin más me cogió por la cintura me llevo apoyada hasta una mesa que había llegado al pasillo para agarrar unos preservativos me soltó unos segundos girándome para darme un beso tierno sin violencia con calma sosteniéndome por la nuca, fuimos tomados de la mano hasta la habitación principal, dónde se hallaba la cama principal, la misma que había sido testigo de las noches de lujuria y sexo de mis propios abuelos, si años después sería su nieta mayor quién repitiera esos hechos con su mejor conquista.
    
    Sin mucho trabajo me sentó sobre una madera que marcaba el fin de la cama comenzó a devorarme el cuello con calma haciéndome abrir mis piernas para marcarme la dureza de miembro, eso me tenía papando nubes, ...
«123»