Un arreglo muy completo
Fecha: 05/11/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
UNA REPARACIÓN MUY CALIENTE
Autor: Trinidad
Desde hace tres años vivo con mis padres y hermanos en una bonita urbanización al sur de Madrid, fuera del casco urbano. Son chalets adosados, la mayoría ocupados por familias de funcionarios medios, universitarios y obreros especializados o con negocios propios. No tienen el lujo de las zonas ricas que han crecido al norte y al este de la capital, pero son amplios, coquetos y con bonitos jardines. Me dicen que antes esto era como vivir en el campo, pero ahora se han multiplicado las carreteras, los autobuses, incluso ha llegado el metro, y abundan los centros comerciales. Hay de todo a mano, y muy buenas comunicaciones para llegar a cualquier parte de Madrid. El único "pero" es que han proliferado las "tribus urbanas", algunas muy violentas. Hay cabezas rapadas locales, pero también hay bandas de polacos, rumanos, colombianos, peruanos, chilenos y otros. Se pelean entre ellos, a veces con heridos e incluso últimamente hubo algún tiroteo.
En lo único que todas las tribus parecen de acuerdo es en acosar a las chicas jóvenes y maltratar a los gays, que somos muchos en la zona, pero que preferimos irnos a ligar dentro de Madrid, a zonas como Chueca, donde nos sentimos más protegidos. Aquí no es que los cabezas rapadas y las demás bandas hagan ascos a darnos buenos revolcones a los gays, y sobre todo a los travestis, que les vuelven locos, pero es que luego terminan la juerga pegándonos. Yo tengo ahora 22 años, y para evitarme ...
... problemas, cuando voy de ligue, salgo de casa muy normalito, y en un bolso tipo mochila al hombro llevo las ropas que me voy a poner. Me cambio en los servicios de algún bar, ya dentro de Madrid, y vuelvo a cambiarme antes de coger el metro o autobús de regreso.
Nunca había tenido problemas, mientras que a otros amigos gay, también vecinos de la zona, más tercos en salir de casa ya con ropas muy ajustadas y "cantosas", shorts, camisetas cortas y todo eso, les habían dado palizas, y algunas veces después de desnudarlos y follarlos a lo bestia. La historia que os voy a contar me pasó este verano, en plena canícula de agosto. Estábamos de vacaciones en Alicante, pero yo me volví unos días para preparar varias cosas de unos exámenes que me habían quedado para septiembre. Así que me encontraba solo en casa y además de estudiar aprovechaba para estar a mi gusto, desnudo, bien depilado el cuerpo y las piernas, ver películas porno gay, hacerme muchas pajas, trabajarme el culo con un enorme consolador de látex, chatear por Internet muchas horas en busca de morbo y ligues y enseñarles por webcam mi cuerpo en las poses más provoconas.
Una noche llevé a casa a otro chico. Habíamos ligado en un bar de Chueca y estaba de diez, fuerte, musculoso, activo y con una polla de buen tamaño y según pude comprobar esa noche, incansable, porque me echó cinco o seis polvos, hasta que le dije que no podía más y nos quedamos dormidos. Por la mañana, yo aún estaba adormilado, me hizo ponerme otra ...