1. De viaje #3 Parte IV


    Fecha: 26/05/2021, Categorías: Gays Autor: Hogan211, Fuente: SexoSinTabues

    ... estabilidad. En eso veo a Juan entrar por la puerta con ropa en la mano y con cara de pánico al ver a Gustavo. Dejó la ropa y se salió del baño. Le pedí a Gustavo que saliera de la regadera, lo ayude a pisar y salir. Él me tomó de las manos y brazos para salir y lo senté de nuevo en el escusado. Sequé sus pies y piernas con la toalla. Le pedí que se levantara y que se secara, así lo hizo. Le di la ropa para que se cambiara y lo hizo todo en silencio. Yo al ver que estaba mejor, me sequé, me quite mi bóxer mojado, me puse la ropa que me había quitado y salí del baño. Afuera me topé con Juan que tenía los labios blancos, yo supuse el porqué de ese miedo. Yo: No te preocupes Juan, Gustavo está bien. Solo se le pasaron las copas de más y no podía despertarse pero ya todo bien. Termino diciéndole. “No te preocupes lo que pasa acá en el viaje, en el viaje se queda”. Le pego en el hombre y salgo de la cabaña con rumbo a mi cabaña a ponerme un bóxer seco y dejar el otro. Juan se quedó con la cara pálida. En el camino me topé a Javier que venía a buscarme. Javier: Esta todo bien mi Carlitos? Yo: Todo bien. Solo entro al baño rápido y te alcanzo en el restaurante. Javier: Seguro que todo bien? Yo: Enseguida te cuento allá. Javier asiente con la cabeza y se regresa con dirección al restaurante. Ya estaba yo poniéndome el bóxer cuando escucho la puerta, volteo y vi a Gustavo entrar por ahí con su ropa sucia. Se dirige directamente a su maleta, pone la ropa sin hablar una sola palabra. ...
    ... Hasta que rompe el silencio. Gustavo: Espero que no estés molesto conmigo. Yo: Molesto? No que va. Gustavo: Te quiero pedir disculpas. De verdad no sabía que estaba haciendo. Yo: No te preocupes, yo no juzgo a las personas por ser quienes en verdad son cuando el alcohol está en sus venas. Gustavo no pudo decir más nada. Yo me levanté y me salí de la habitación y me dirigí directamente con mi hombre con la maleta en el hombro y listo para platicar con él y olvidarme de lo que pasó esa mañana nadando en la cascada. Llegué hasta el restaurante y Ray estaba sentado con otras 5 personas platicando y riéndose a carcajadas mientras veo a mi hombre, sentando en nuestra mesa, con un plato de frutas servido, un jugo de naranja, café y un omelet. ¿Cómo no amar a ese hombre? Me acerco y le toco sutilmente el hombro y el rostro y me siento en la mesa junto con él. Javier: Todo bien? Yo: Pues más o menos Javi, pero no es lugar. Al rato te cuento, NADA grave, yo estoy bien y tú también. Eso es lo importante. Javier no se queda tranquilo pero entiende que no puede hablar de eso frente a los demás corriendo el riesgo de que alguien los vea o escuche. Se me queda viendo fijamente con esos ojos que me matan y me toca la rodilla por debajo de la mesa. Le aviento una mirada de “tranquilo” y él se calma, empezamos a platicar de cosas irrelevantes de la cascada, del día que nos esperaba, de las cámaras, de cómo funcionaban hasta que nos llamaron que era tiempo de subir al autobús. Subimos al camión y ...
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