Mi Tio El Ranchero.
Fecha: 29/06/2017,
Categorías:
Gays
Fetichismo
Primera Vez
Autor: Juan_Ivan, Fuente: xHamster
... espera del siguiente movimiento de él. Después de que terminó de amarrar su caballo, volteó hacia mí sonriendo, se me quedó viendo y dice: "Mira", se levantó la camisa y proyectó la cadera hacia adelante: "Aunque te hubieras estando todo el día espiándome, nomás no hubieras visto nada. Pero ahorita vas a ver todito completo. Ándale, empieza a quitarte la ropa que el agua debe estar deliciosa". Sin más se dio la media vuelta y caminó hacia una roca que estaba justo en la orilla. Se sentó y comenzó a quitarse las botas. Una vez descalzo, volteó a verme, se rió y dijo: "¡¿TE VAS A QUEDAR AHÍ PARADO TODO EL DÍA?!".Yo estaba a dos milímetros del colapso, pero respiré tan profundo como pude, me senté en el pasto y empecé a hacer lo mismo que él, evitando voltear a verlo. Por fin me puse de pie, sólo en calzones y oí su voz: "¡Órale mijo!... voltee para acá pa’ que pueda ver lo que le daba tanta curiosidad". Lentamente salí de detrás del mi caballo y mis ojos estaba urgidos de verlo por fin. Estaba parado cerca de la piedra, con las piernas separadas y los brazos en jarras, manos apoyadas a la cadera, con una sonrisa de oreja a oreja, con un gran dejo de cinismo, lo que lo hacía más atractivo a mis ojos. "¡Venga pa’cá!... no sea ranchero...". Caminé hacia él, pero sin sentir el piso, sin sentir mi cuerpo. Alguna sonrisa logró salir a mi cara y ya que estaba frente a él, soltó una carcajada: "Mira nada más cómo andas ya, levantando calzón". Hasta entonces caí en la cuenta de que ...
... tenía una súper erección y que era más que obvia. Me sonrojé todavía más pero no atiné a decir nada. Y me dice: "Óyeme no, así la cosa no está pareja: ¡los dos encuerados!... quítese su calzón mijo y véngase a meter conmigo". Se dio la vuelta y caminó hacia el agua para terminar sumergiéndose completamente. Aproveché que no me veía para quitarme rápido el calzón y aventarme al agua. Me sentí como un hierro candente que cae al agua.Quise nadar vigorosamente de orilla a orilla para ahuyentar la calentura, pero lo único que logré fue sofocarme más. Después de un rato, mi tío caminó con el agua hasta la cintura hasta un tronco que estaba tirado sobre el arrollo atravesándolo. Llegó, se dio la media vuelta y se sentó sobre él, con las piernas muy abiertas, quedando completamente expuesto para mí su paquete. Por alguna razón yo ya había perdido el miedo y me había ganado la calentura, así que caminé hacia él y lo miré directo a los ojos. Él estaba sonriendo con malicia y cuidando de no tapar su entrepierna con las manos. Las tenía apoyadas sobre el tronco.- Venga pa’cá mijo, vamos a platicar.- ¿Platicar?... ¿como de qué tío? (pregunté ya sin tantos nervios)- Pos a ver, cuénteme, ¿cómo está eso de que me andaba espiando el paquete para ver qué se me salía? (me reí)- No sé tío, me daba mucha curiosidad.- Bueno, y ahora que los estás viendo todo al aire libre, ¿qué te parece?- Pos la verdad... que está muy grandote todo, muy grandote y muy peludo... jeh jeh...- Pos tú no te quedas muy ...