1. Secreto de confesión


    Fecha: 07/06/2021, Categorías: Confesiones Autor: Nikaibz, Fuente: CuentoRelatos

    ... tal está? - me preguntó el hombre.
    
    - Muy bien, padre. Gracias por preguntar.
    
    - Hermana, sabe usted que si tiene algún problema puede acudir a mí. No solo como confesor, si no como amigo.
    
    - Gracias, padre - contesté desviando la mirada.
    
    Él me sonrió y salió por la puerta. ¿Por qué me habría dicho eso? No me preocupaba. Era su obligación como párroco del convento. Pero Sofía estaba nerviosa. Me estuvo esquivando, solo hablando de cosas triviales. Hasta que llegó la noche y le pregunte.
    
    - ¿Qué pasa?
    
    - Catalina le dijo al padre Emilio que nos vio en la ducha. Le expliqué, que ella te acosó y parece que me creyó.
    
    - Es lo que pasó. No has mentido.
    
    - Es verdad. Perdóname, esa mujer me saca de quicio.
    
    - Él me dijo que contara con él, no solo como párroc. Supongo que quería que le contara lo que paso - le conté.
    
    - Supongo que le gustaría saberlo. Al fin y al cabo es un hombre.
    
    - Es un cura - repliqué.
    
    - Y nosotras monjas - contestó levantando las cejas y dejándome sin palabras.
    
    El tiempo pasaba y yo me había creado una rutina. Rezar siete veces al día, el trabajo de la página web y el blog, vendiendo los dulces, la misa y las noches con Sofía, que eran lo mejor del día. La adoraba, se había convertido en lo mejor que podía pasarme. Esa mañana, volvíamos de la capilla cuando la vi. Me quedé en shock. No supe que hacer. Escuchaba los gritos de las hermanas en la lejanía. Su cuerpo descuartizado, su sangre encharcaba el suelo. Sofía estaba abierta ...
    ... en canal y sus intestinos esparcidos por el suelo.
    
    ***
    
    Llegaba tarde a la capilla. Tenía que firmar unos papeles y me detuve en mi despacho. Sarah me había dejado una nota en el cajón donde guardaba la pluma.
    
    "Sé que debía decírtelo de otra forma, pero quiero que sepas que me he enamorado de ti.
    
    Sarah"
    
    Me derritió el corazón. Guardé la nota en el bolsillo interior del hábito. Era hora de tomar una decisión, quería proponerle a Sarah que abandonásemos el convento y nos fuésemos a vivir juntas. No podíamos seguir ocultándonos tras el muro. Se lo pediría esa misma noche.
    
    Salí de mi despacho a toda prisa para dirigirme a la capilla, pero me encontré con ella de sopetón.
    
    - Hermana, no esperaba encontrarla aquí - dije al verla.
    
    - Quería hablar con usted madre.
    
    - Dígame hermana.
    
    - Sé lo que haces con la hermana Sarah - me dijo sin preámbulos.
    
    Me quedé con la boca abierta y negué con la cabeza, pidiendo una explicación a su acusación.
    
    - Me acerqué a tu celda para confesarme, y os vi. Os estabais besando, desnudas en la cama.
    
    - Hermana, nos vamos del convento. No hace falta que humille a nadie - le confesé.
    
    - Nunca debiste ser la abadesa. Sabía que eras una pecadora. Yo merecía el puesto - dijo con rabia.
    
    - Ahora que nos vamos, debería presentarse.
    
    - Madre, está cometiendo pecado mortal, homosexualidad, y perversión de una inocente. Eso solo puede erradicarse de una manera - dijo acercándose a mí.
    
    Noté el frío metal atravesando la piel ...