Los demonios de Yahir, Cuentos de media noche IV "Zulema"
Fecha: 12/06/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues
... que debíamos terminar. — Te necesito. — Dijo ella mientras me jalaba el cabello y yo besaba su cuello. — Te quiero. — Le dije y creo que para esa época, fue la expresión de cariño más sincera que tuve con alguien porque en verdad la quería, no podía explicarme cómo o por qué pero lo sentía, la niña loca y hermosa se había metido en mi cabeza y corazón hasta lograr su cometido. — Seguí besándola mientras mi erección explotaba en mis pantalones, ella tenía su cuerpo enrojecido y su temperatura elevada, solo le quité su vestido con delicadeza y una vez frente a mí en ropa interior, acaricié su cuerpo mientras lo contemplaba, besé su vientre, sus clavículas y sus labios, me fui a sus manos y a su pecho con ternura, como si fuera un alma que necesitaba proteger. Tal vez yo veía en Zulema a mí, al Yahir de 13 años que se entregaba por primera vez, que se iniciaba en ese mundo que le traería tantos problemas y placeres y sentí la obligación y deseo de proteger a esa niña para que no sufriera lo mismo que yo sufrí por ello, tenía que ser el mejor chico del mundo para la niña más dulce del mundo, tenía que ser su súper héroe, su príncipe. Todo lo que ella merecía. Bajé besando su cuerpo y sintiendo como ejercia tención en su cuerpo, sus manos apretadas y su respiración profunda, me acerqué a su odio y le dije que no tuviera miedo, que iba a ser cuidadoso. Bajé otras vez y le quité su ropa interior con cuidado, luego me encontré con su vagina y la acaricié con dos de mis dedos como ...
... si fuera de porcelana, ella se sonrojó y dejó escapar un ligero gemido. Continué haciéndolo, cada vez acariciando más y dejándola sentir la presión de mis dedos en sus labios y clítoris, Zulema apretaba las sabanas y estaba a punto de enloquecer cuando acerqué mi boca y comencé a lamer y a acariciar. Se cubrió la boca con sus manos porque comenzaba a gritar cada vez más, lentamente seguí con lo mio para dilatarla y cuando introduje mis dedos fue como si estuviese matándola, era como si el infierno quisiera escapar de su cuerpo, enseguida continué hasta que estuve seguro de que ya no iba a lastimarla. Me puse sobre ella y la besé, tomé sus manos y mientras la veía a los ojos, entré con cuidado sintiendo que rompía una especie de pared delicada, ella apretó las manos, cerró sus ojos con fuerza y puso su rostro en mi hombro, de sus manos se escaparon un par de lágrimas y yo con dulzura la volví a besar mientras susurraba su nombre y le decía “te adoro. ” Ella solo me besó otra vez y cuando supe que ya no le dolía tanto, comencé a moverme como si quisiera empujarla, con suavidad pegaba mi pelvis a la suya mientras su cuello lo recorría con mis dientes, cuidado no dejar marca. Ella en un punto no le importó comenzar a gemir y a mi no me importo seguir besándola como si con eso pudiera sacarla de mi cabeza, le dije que estaba por terminar y que era mejor no hacerlo dentro de ella, después de todo no habíamos usado protección y ya estábamos en peligro, ella solo dije que si nos ...