1. LAS TETAS DE LA ORUREÑA


    Fecha: 14/06/2021, Categorías: Sexo oral Autor: gonzo00, Fuente: RelatosEróticos

    Las tetas de la orureña eran robustas, gruesas y tenía unos pezones oscuritos que de lo duritos que estaban era una delicia mamárselos, yo me detuve a saborear bien esos pezones con mis labios, mientras ella acariciaba mis mejillas y mi nuca haciendo que me restregara más entre sus abultadas tetas. Llegue a sentir lo carnosas que eran por dentro, esas tetas estaban repletas interiormente y sus piel por fuera era tan lisa que me dejaba resbalar por ellas con tan solo posarles mis mejillas.
    
    Estaba poseyendo ese par de tetas con mi boca, ella restregaba uno y otro pezón en mis labios y yo chupaba y lamía cuanto ella me entrega, con mi lengua, me di el gusto de lamer cada una de sus tetas, desde abajo restregando su piel con mi lengua, pasando por su pezón para luego subir hasta arriba de su teta, dejándosela humedecida por mi boca y llevándome el placentero sabor de su piel en mi lengua, así hice con ambas tetas y eso le fascino. Me lo agradeció llenando de besos mi boca, mis manos fueron a tomar sus pechos y a cada beso que invadía mi boca con su lengua, mis manos invadían sus pechos, me llenaba cada mano con cada uno de sus senos. Acariciaba apasionadamente sus tetas enormes, sus pezones endurecidos se frotaban entre mis dedos, sentir esos pezones puntiagudos apuntando hacia afuera, tan firmes y a la vez tan tiernos era reconfortante lo mismo que excitante.
    
    Las tetas más firmes que mis manos habían sostenido, eran tan grandes que al sostenerlas por abajo podía sentir ...
    ... su peso, imaginaba como se sostenía con ese peso tras sus sostén y recordé como salieron casi rebotando hacia adelante el momento en que le quite el sostén, ya sueltas me expusieron todo su volumen, aquel que era oprimido por sus sostén, pero así libres y a mi disposición era como me gustaba tener sus tetas, para saborearlas, para tenerlas sueltas moviéndose de un lado al otro como si se dejaran llevar por la gravedad. Graves pechos que me permitían sentir los latidos de su corazón y entre latidos la emoción que sentía al ser invadida por mis manos, esos pechos libres y excitados no querían sentir más que caricias y manoseos que les hicieran disfrutar de ser tocados.
    
    Luego tome ambas tetas por debajo, y deje sus pezones apuntados hacia arriba. Volví con mi lengua sobre ellos, le di unas buenas lamidas a sus pezones, en cada lamida sentía en mi lengua su dureza, su redondez, mi lengua resbalaba encima de esos pezones y rodeándolos con mi lengua iba lamiendo sus lados, a la vez, mis manos apretaban sus pechos por debajo lo que hacía que sus pezones despuntaran más hacia afuera y así podía darme el gusto de lamer erectos esos pezones macizos. Y en seguida, ella misma tomo sus pechos por debajo, apretándolos de la misma manera que yo lo hice y ambos pezones los apunto hacia mi boca para que se los mamara, para que me metiera a la boca cada uno de sus pezones y me pusiera a chuparlos, ella metía al interior de mi boca sus pezones completos con aureolas y todo, ella quería ser ...
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