Le presté mi marido a mi hermana.
Fecha: 15/06/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: tolucossw, Fuente: SexoSinTabues
... desnudo por el ventanal. — Déjate hacer, cariño —le dije. Puse sus manos apoyadas en el cristal y le seguí pajeando desde atrás. — ¿Qué es lo que más te gusta de ella? —el movimiento de mi mano en su polla era como un reloj que esperaba paciente su respuesta. — Tiene unos pechos muy bonitos —dijo al fin. — ¿Qué los hace tan especiales? —seguí recorriendo el falo lentamente. — Le sienta bien cualquier vestido o sujetador que se pone… — Siempre ha sido así, la jodida. — … y sus tetas terminan en punta, parecen tan duras… — Lo son. Son duras y turgentes —la polla que tenía en la mano sí que estaba dura— ¿te gustaría tocarlas? — Es tu hermana… — Te estoy pajeando mientras la miras, amor… ¿te gustaría tocarlas, tenerlas en tu boca? — Sí —entró en el juego, era inútil resistirse. Entonces Tere se tocó un pezón. El libro de cuentos estaba haciendo su efecto. Primero se puso una mano disimuladamente en el pecho, pero vimos perfectamente cómo colocaba el índice y el medio de forma que le hiciera pinza. Cambió las piernas de posición, bajó la que estaba doblada y subió la otra. — Se está tocando, mira —le dije, pero su verga ya me había avisado de que él lo estaba viendo perfectamente. — No me jodas… Empecé a masturbarlo más rápido. Tere, abajo, se llevó una mano a su clítoris y empezó a mover el dedo suavemente. Puse a Juan de lado y me arrodillé ante él, así le podía hacer la felación sin perder la visión de mi hermana. Me metí el glande en la boca, y noté el sabor de sus ...
... fluidos. Estaba claro que Juan estaba listo para follarme, pero yo aún no, y quería chupársela un rato mientras que él mirara a mi hermana. El movimiento circular del dedo de Teresa era cada vez más evidente y yo empecé a imitarla, a la vez que me metía la polla más dentro. Hacía bastante ruido al chupar, nos ponía mucho a los dos. A veces soltaba mi chocho y agarraba con las dos manos la verga, moviendo la boca a la par, pero en direcciones opuestas. — ¿Te gustaría llevarte ese coño a la boca? — Sí, cariño. Y follármelo también. — ¿Lo harías? —yo jadeaba cuando me sacaba la verga de la boca. — Sí, me lo follaría. — ¿Te pone mucho? Ayer iba muy sexy… — Joder ¿sexy? ayer tenía un culazo precioso, no podía dejar de mirarlo. Y su escote… —yo me metía la verga hasta el fondo. Me estaba poniendo oírle hablar así, y me empecé a meter un par de dedos—. Esta mañana iba sin braguitas ni sujetador, sólo con la camisa larga que lleva. — Te diste cuenta, ¿eh? Y encima se puso con las piernas cruzadas. Yo ya estaba bastante cachonda, así que me puse de pie y me coloqué mirando hacia el ventanal, inclinada. Juan me la metió inmediatamente, hasta el fondo. Empezó a follarme con mucho ritmo, yo gemía alto, confiando en la insonoridad del cristal. Me embestía con mucha energía y apenas podía sostenerme sin dar algún que otro cabezazo al cristal, pero conseguí llevar una mano a mi clítoris y empecé a tocármelo con frenesí. Abajo, mi hermana había acabado con su autosatisfacción, y seguía leyendo, ...