1. Prostituta de la cárcel (2)


    Fecha: 08/11/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Durante esas visitas, la vi dejarse culiar por ellos ves tras ves por ellos, que durante los seis días antes de las visitas la esperaban ansiosamente para dar rienda suelta a todo su morbo sobre mi dulce y bella esposa. lo ùnico que hicieron para calmarme fue llevarla a un rincón detrás de la celda, donde sin verla, oìa sus gritos de dolor y de placer, mientras la culiaban sin cansancio.
    
    ¿Porque estaba ocurriendo eso con ella? Creo que la pasiòn de los hombres por mi esposa fuè desde siempre, pues aunque ella poseìa un belleza dulce y tierna, el resto de su cuerpo estaba hecho para el sexo: Unas caderas anchìsimas, voluptuosas, unas piernas blancas, culvilineas y anchas, provistas de un vello suave que llegaba hasta un sexo palpitante y vulboso, provisto de un abundante y sensual vello pùbico. Una modelo de medidas plus, cuya figura intensamente atrayente y seductora, cuyas encantadoras formas dejaban ver a una mujer intensamente deseable.
    
    Pero no era solo su cuerpo, sino su propia forma de ser frente a los hombres lo que me inquietaba. En muchas ocasiones, cuando en mi presencia era mirada con deseo por otros hombres, ella me tomaba de la mano para protegerse, mientras yo la veìa sofocada bajar sus párpados, presa de una intensa y temblorosa excitación. Una acasiòn, cuando la vi especialmente perturbada por la presencia de un hombre que la miraba intensamente, le pregunté: "Estás temblando, ¿Te gusta ese hombre?, ella me respondió con timidez: "Si, creo que ...
    ... si"
    
    Asì era ella, una mujer tierna y fiel, pero vulnerable ante los llamados de la carne. Eso la hacía ante los demás hombres una mujer atrayente y carnalmente seductora que provocaba ser poseída. ¡¡Que banquete sexual se estaban dando esos pillos con mi rica hembra!!
    
    Pero un día, cuando toda la cárcel se llegó a enterar que en la celda 43 tenían sometida sexualmente a la esposa de un preso, el primero que lo supo fue el negro NAPA un gigante de cerca de 2 metros de estatura, el jefe y preso más temido de todos.
    
    Ese día de visita (ella me contó después todo)el se adelantó, he hiso traer con sus hombres a mi esposa, y le dijo: Se todo lo que te esta pasando, ¿quieres que te proteja? al decirle esto, el negro la tomó por la cintura, y la atrajo hacia el con decisión. Mi esposa sintió derretirse por un calor que la ahogaba, doblegandola. Ella quiso refrenar y contener ese extraño deseo, mientras su mente le pedìa rendirse, y abandonarse a la entrega sexual a ese hombre que la tenia aprisionada.
    
    El le dijo: ¿Eres una mujer sincera? Ella le respondió con una voz que la abandonaba: "Si, soy sincera" bien, repuso el gigante: "¿quieres culiar conmigo? Ella se estremeció, y tímidamente de dijo: "Si, si quiero"
    
    De inmediato, el la tomó con fuerza de la la parte trasera de su cabellera y la besó con una pasión que se apoderó de la voluntad sexual de ella.
    
    Luego le aquello le dijo: "¿Quieres ser mi puta? y ella respondió con una mezcla de temor y temblor: "Si quiero" Si quiero ...
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