1. Desafío de galaxias (capitulo 65)


    Fecha: 20/06/2021, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... meses! Nada más. En ese plazo los procesos judiciales habrán concluido y convocaré elecciones.
    
    —¿Y no has pensado en presentarte? —bromeó Marisol.
    
    —Eso no lo digas ni en broma, —y mirando las pantallas, preguntó—: ¿es Anthangay?
    
    —Sí.
    
    —¿Cómo van?
    
    —Bien, bien. Hace un par de horas, la 872 división de Maradonia ha establecido una cabeza de playa. Ya están desembarcando medios de apoyo. Y desde hace unos minutos, la 395 del Tercio Viejo de Asturias, combate en la playa diez kilómetros al sur.
    
    —¡Fantástico! Por supuesto, los míos los primeros.
    
    —¡Eh, eh, eh! No te columpies que los españoles también, —dijo Marisol frunciendo el ceño.
    
    —Sí, pero nosotros los primeros, —apuntó Cimuxtel mientras saludaba a Marión y Anahis que se habían acercado a saludarle.
    
    —Bueno, bueno, cuestión de estrategia.
    
    —¡Me imaginaba que estabas aquí! —exclamó el presidente Fiakro entrando en la sala acompañado por media docena de cancilleres. Inmediatamente reparó en las pantallas—. ¿Cómo van?
    
    —Muy bien señor presidente.
    
    —Los maradonianos mejor, —dijo Cimuxtel para hacerla de rabiar.
    
    —¡Seguro que tienen ustedes alguna reunión importante! —exclamó Marisol arreándoles como al ganado—. ¡Pues venga!, a reunirse.
    
    —Luego hablamos, —dijo riendo el presidente.
    
    —Cuándo quiera señor presidente.
    
    Anahis, ya estaba en el dormitorio cuándo llegó Marisol. Ataviada con una camiseta, atendía su correo personal en un terminal de datos.
    
    —¡Qué pesados! —exclamó Marisol cuándo ...
    ... entró— lo siento nena, pero he estado esperando a que el presidente terminara la reunión.
    
    —¿Y ya han terminado?
    
    —¡Qué va!, ¡ahí siguen!
    
    —Tienen mucho de que discutir.
    
    —¿Sabes de qué están discutiendo?
    
    —¡Pues claro que lo sé! —respondió mirándola con una sonrisa misteriosa.
    
    —¿Y?
    
    —¿Y, que?
    
    —Que me digas de qué están hablando, —dijo Marisol sentándose a horcajadas sobre las piernas de Anahis.
    
    —¿No dices que tú te enteras de todo?
    
    —¡Nos ha jodido mayo con las flores! Yo no tengo un papa canciller.
    
    —Eso no tiene nada que ver.
    
    —¡Joder que no!
    
    —Hasta que no te quites la ropa y te duches, no te digo nada.
    
    —¡Joder tía!
    
    —¡Venga, venga! Mientras lo haces, preparo algo de picar.
    
    —Si no tenemos nada.
    
    —¡Uy que no! el canciller de Nueva España ha traído una caja de tus padres, y muy grande.
    
    —¡Choricito!
    
    —Supongo que si, no la he abierto.
    
    —¡Y jamoncito rico!
    
    —No seas cría y vete a la ducha, ¡venga!
    
    Unos minutos después, Marisol salía del baño envuelta en una toalla y secándose el pelo con otra.
    
    —Eso de ahí, es para Sarita, —dijo Anahis señalando un paquete que había junto a la puerta.
    
    —Mañana de lo damos, será de sus padres, —dijo Marisol quitándose la toalla y sacando de la caja una botella de vino— «Nueva Rivera», y de Quintanilla, ¡genial!
    
    —¡Qué cachonda eres! Tus padres no te van a mandar algo que no te guste. Por cierto, teníamos un cuchillo de esos largos, para el jamón…
    
    —Sí, un jamonero.
    
    —Si eso, pues no ...
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