(15) Reflexiones sin bragas
Fecha: 23/06/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
... diez de la mañana y la causa podría ser el calor bochornoso que hacía hoy. Incluso tuvo que cambiarse tres veces de bragas. Mojaba una y se las tenía que cambiar. Y aquél guapetón de 22 años era su salvación porque era una agonía física de necesitar una polla ya y en este preciso momento.
De repente, el chaval salió de la piscina mojado y tostado por el sol, y se dirigió a los baños públicos.
“Esta es la mía”, pensó Alba. Se levantó y se dirigió al mismo sitio que el chaval. Abrió la puerta y entró. Le pilló meando en un wc.
-Hey, este es el de chicos.
-Lo sé –sonrió Alba mientras se quitaba la parte de arriba del bikini y mostrando sus tetas puntiagudas y sonrosadas.
-¿Puedo terminar de mear?
-Tú mea y yo me desnudo.
Así fue. Alba se quedó del todo despelotada y se apoyó en una pared con el culo sacado.
-Cuando tú quieras ataca.
El chaval expulsó todo el pis y luego se acercó hasta colocarse tras el culo de Alba.
-¿Eres puta?
-Para ti seré lo que tú quieras.
El chaval se escupió en la mano y palpó los bajos.
-Mmmmm… -sintió Alba gustó al contacto.
-Vaya, pues sí, eres puta.
Sin querer, Alba soltó un pedo largo y oloroso.
-Ups, lo siento –rió ella con orgullo.
La reacción del chaval fue primero de sorpresa y luego de pensativo.
-¿Qué piensas hacer ahora? ¿Seguir mirando o follar?
El chaval usó dos dedos para hacer una exploración rectal.
-Ahhhh, coño, ¿qué haces?
-Tú calla y no muevas el culo.
El chico hendió ...
... los dedos hasta los nudillos.
-Ahhhh, joder… ¿Qué coño eres? ¿Ginecólogo?
-Estudio en la universidad para serlo, y ahora calla, joder.
El chico estuvo así un rato hasta que sacó los dedos con un chorro de mierda oscura que se derramó por el suelo.
-¿Qué coño haces? –sintió Alba cagarse con heces líquidas.
-Ordeñarte el esfínter interno. Veo que funciona.
-Vete a la mierda, cabrón.
-Espera que te limpie –cogió papel higiénico y la limpió con dedicación.
-¿Ya?
-Sí, culo limpito y cagado. Ahora no te muevas –buscó la vulva desde atrás y volvió a usar los mismos dedos para introducirlos.
-¡Ah, coño!
El chico parecía buscar algo vaginal.
-¿Qué haces ahora?
-Buscar tu punto G.
-El punto G está fuera, en el clítoris.
-Vamos a comprobarlo. Tengo un examen de esto dentro de una semana. Me serás de gran ayuda.
-Joder, yo solo quiero follar.
-Tranquila, tendrás tu corrida, pero antes lo haremos a mi manera.
De repente, Alba sintió un calambrazo vaginal.
-¡Cooooño!
-Ya lo encontré.
El chico volvió a tocar el punto G.
-¡Jooooder!
Alba pegaba saltos de auténtico placer.
-Para, joder, para…
Otra vez.
-¡¡Hostia pua!!
-Venga, a correrse.
Dejó la yema de un dedo apretando el punto G y Alba se corrió como una vaca lechera.
-Jo… jo… ¡¡¡joder!!!
Un orgasmo.
Luego un segundo.
-¡Puta mierda! –daba Alba golpes en la pared de gusto puro.
Un tercer orgasmo.
-¡Para, cabrón! ¡Auuuuu! ¡Me muero, te lo ...