Lucía, mi perdición
Fecha: 27/06/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: jere678, Fuente: SexoSinTabues
... pezón, pasaba mi lengua hacia arriba y hacia abajo sobre el pezón derecho mientras que al izquierdo lo pellizcaba. Ella sólo decía "que rico". Dos palabras que en ese momento eran embriagadoras. Seguí bajando por su cuerpo recorriendola con besos mientras ella se acostaba suavemente en el piso del comedor. Finalmente llegué a su sexo el cual debore con deseo. Le separe los labios con dos dedos y pasé mi lengua desde abajo hacia arriba, la penetre un poquito con la puntita y sorbi su clítoris mordiendolo con mis labios. Ella se retorcía de placer y yo gozaba escuchándola gemir. Esa voz expresando placer y deseo era como miel, invadía cada recoveco de la casa. Finalmente alcanzó el éxtasis, acabó mientras se retorcia y pedía más. No queríamos que ese momento terminara nunca. Con las piernas aún temblorosas se incorporó y quedó arrodillada delante de mi, estaba hecha una fiera, irreconocible. Me quite el jean, el boxer y la camisa mientras ella miraba la escena con fuego en sus ojos. Se acercó a mi pija parada y comenzó a lamerla, la recorrió entera con la lengua hasta la base, chupo las bolas y la empezó a mamar. Lo hacía tan rico que me sentía en las nubes. Se notaba que sabía lo que hacía, ...
... donde lamer, cuánto, como. Le avisé cuando estuve por acabar e inmediatamente se detuvo diciendo que aún no era momento. Lucía - Veni mi amor, vamos a la cama. Yo - En tu cama vamos a estar más cómodos. Lucía - no, mi cama no. Me tomó de la mano y marchamos rumbo a las piezas cuando vi que entró a la pieza de Carlos. La mire y me reí. La verdad que me gustó la idea y le sumaba un plus de morbo. Me acompañó suavemente hasta la cama, se subió arriba mío y comenzó a cabalgarme, se notaba que le gustaba llevar el control así que la deje hacer. Esa noche fue un concierto de gemidos en el cuarto de Carlos, cogimos entre sudor y deseo y acabamos al unísono mientras nos mirábamos fijamente. Finalmente lo que empezó como una incoación aburrida que casi rechazo terminó por ser una de las mejores noches de mi vida y me abrió nuevas puertas que no esperaba. A partir de esa noche con la hermosa Lucía teníamos no uno, sino dos secretos: Que mi buen amigo Carlos se había convertido en mi suegro y que nuestra primera vez fue en su mismísima cama. El primer secreto probablemente no dure demasiado ya que no podemos estar demaciado tiempo separados con Luci y el segundo es de esos que lo acompañan a uno a la tumba.