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El inquilino 2, continuacion
Fecha: 04/07/2021, Categorías: Infidelidad Autor: mirutalo, Fuente: SexoSinTabues
... lunes posterior, en el que mi marido estaría de viaje de nuevo toda la semana. El miércoles de esa semana de ausencia había partido de fútbol. Nunca me ha gustado el fútbol, ni entendía cómo podía gustarle a Miguel, al que se le veía un tipo culto. Antes de conocerlo, y por su apariencia, era de los que a priori parecía preferir una buena lectura a un ridículo partido. Y sin embargo ese miércoles me pidió como un chiquillo que le permitiese ver el fútbol en el salón. Fui incapaz de negarme, máxime cuando abrió dos cervezas y un paquete de patatas. Al menos lo preparó él, y al contrario que con mi marido, no tuve que ser yo la que petición tras petición se levantase una vez tras otra a la cocina sin descanso. Me convenció argumentando que era un partido importante entre su equipo preferido y otro equipo europeo. A mí la verdad me pareció aburrido como todos los partidos de fútbol, pero debo reconocer que estaba asombrada por el entusiasmo que Miguel ponía con cada ocasión fallida en el encuentro. Nunca me lo hubiera esperado de un tipo tan correcto y educado como él en todo momento, lamentándose como cualquier otro hombre vulgar con los errores de su equipo. Tras la tercera cerveza Miguel tuvo que ir al baño a pocos minutos de que acabara la primera parte. Yo estaba algo mareadilla, pues casi nunca bebo cerveza y en esa ocasión por aburrimiento acompañé a Miguel en la bebida. Cambié de canal haciendo zapping, y se escuchó el griterío de varios vecinos gritando gol a través de ...
... las paredes. Miguel regresó del baño como una exhalación. -¿Y el partido?- preguntó buscando con la mirada el mando de la tele aturdido por no ver la repetición del gol marcado por su equipo. -Lo he quitado, era un rollazo- dije escondiendo con ganas de incordiarlo el mando a mi espalda. -Anda, déjame ver la repetición del gol- pronunció haciendo ademán de cogerme el mando de la tele. -¡Que no!- dije reteniendo el mando a mi espalda ante su intento por quitármelo. -Dámelo- pronunció al tiempo que se abalanzó sobre mi. -Tendrás que quitármelo- lo desafíe en un juego tonto de adolescentes, a lo que Miguel comenzó a hacerme cosquillas bajo los sobacos. -Eso no vale- dije pataleando como una niña. -Suéltalo- increpó Miguel siguiendo el juego riendo los dos como tortolitos. Forcejeamos entre risas por unos segundos hasta que al final logró quitármelo a la fuerza y cambiar de canal para ver la repetición, pero el partido llegó al descanso. -Me lo he perdido- dijo medio apenado pero siguiéndome la broma –pagarás por ello- pronunció como un chiquillo de vuelta a hacerme cosquillas. El caso es que estuvimos haciéndonos cosquillas los dos durante el descanso jugando como dos chiquillos. De vez en cuando se le escapaba la mano y tocaba donde no debía, pero ninguno de los dos parecía detener el lance aparentando normalidad. Hasta que el partido comenzó de nuevo y Miguel dejó de hacerme cosquillas para centrarse de nuevo en la tele. De verdad que no entendía que podía tener de entretenido ...