TORPES CARICIAS CON MI PRIMER AMOR
Fecha: 05/07/2021,
Categorías:
Primera Vez
Masturbación
Autor: MelkartXXI, Fuente: xHamster
¿A qué edad tuvisteis vuestra primera novia? Debo reconocer con cierta vergüenza que, aunque siempre tuve una gran curiosidad hacia el cuerpo femenino, lo cierto es que no tuve mi primera novia hasta el primer año de bachillerato. Y aunque es una relación que recuerdo con muchísimo cariño (ella fue mi primer gran amor), debo reconocer que nuestra juventud e inexperiencia nos hizo sufrir más calentones de lo aconsejable.Mi primera novia era un cielo. Aunque nos conocíamos de vista, realmente empezamos a gustarnos durante una de las excursiones que hicimos a principios de curso. A partir de entonces empezamos a quedar, al principio de forma muy inocente: un cine, un café (siempre he odiado el café, pero por aquel entonces tomarlo hacía sentir más adulto, cosas de la edad) y, finalmente, un beso tímido. Y luego otro más arrojado. Y luego otro más, largo, torpe, intenso. Y finalmente llegar a casa lleno de alegría y con la erección más grande que jamás haya experimentado.No sé si influida por las películas románticas o por el párroco de su barrio, mi nueva novia me dejó muy claro que quería llegar virgen al matrimonio. Y yo acepté, claro, porque realmente estaba muy enamorado de ella. No obstante, lo que yo no sabía es que una cosa es lo que dice el corazón y otra muy distinta lo que te dice la entrepierna.Reconozco que las primeras semanas fueron bastante bien, con muchos besos y algunas tímidas caricias que nunca llegaron demasiado lejos. Yo solía acariciar sus pechos ...
... desnudos y saborear aquellos terrones de azúcar morena que eran sus pezones, tras lo cual nos abrazábamos con fuerza y, como guiados por un hechizo o un instinto que nos robara toda voluntad, rozábamos nuestros cuerpos a medios desnudar, mientras recorríamos nuestros cuerpos con nuestras manos ávidas de carne y soltábamos algunos gemidos entrecortados. Al final, uno de los dos paraba antes de que la situación se nos fuera de la manos. Éramos increíblemente tontos, pero a ambos nos parecía que hacíamos lo correcto.Una tarde, aprovechando que sus padres habían salido a cenar, acudí a su casa. Llevábamos casi tres meses viéndonos, y ambos estábamos increíblemente excitados. Antes de conocernos no habíamos tenido muchos estímulos, pero ahora que empezamos a saborear nuestros cuerpos y los placeres que escondían, nos mirábamos como bestias en celo. En teoría íbamos a ver una película, pero cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos abrazándonos como de costumbre, sintiendo el roce de nuestros cuerpos, yo totalmente desnudo y ella solamente cubierta por sus braguitas (verdes y con lunares rojos, imposibles de olvidar).Su cuerpo me volvía loco, y no podía dejar de apretarla contra mí, de besar su cuello y su mejilla, de buscar su boca con mi lengua, mientras que ella me acariciaba la cabeza y la espalda con cariño, bajando hasta mis nalgas y apretándolas con fuerza. Mi pene estaba increíblemente erecto y presionaba contra su cuerpo, y podía sentir cómo su desnudez se deslizaba contra la ...