1. Inadaptado


    Fecha: 15/07/2021, Categorías: Tabú Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... talla estaba mucho más cerca de la cien que de la noventa y cinco. Viendo que seguía sin reaccionar y sin dejar de mirarme ni por un segundo repitió la acción con la falda, desabrochando un botón y bajando la cremallera para después dejarla caer sobre el suelo. Con un simpático movimiento de pies salió de la prenda y la empujó hacia un lado, quedándose ante mí casi desnuda, pudiendo ver como sus medias se ajustaban en la parte inferior de su cintura.—Sigue —dije con un hilo de voz.Mi madre empezaba a sorprenderse con mi actitud, las líneas rojas se iban pasando continuamente y yo no parecía estar dispuesto a pararlo, con un pequeño esfuerzo empezó a deslizar sus medias hacia abajo, llegando dificultosamente hasta los tobillos y liberándose también de éstas. Delante de mí y en ropa interior su mirada parecía más insegura que desafiante, las tornas estaban empezando a cambiar.—¿Y ahora qué? —me preguntó algo inquieta, obligándose a no cubrirse sus partes, mostrándome su sensacional figura cubierta tan solo por aquella ropa interior blanca a juego.Si con ropa ya parecía una secretaria cachonda su imagen en paños menores era difícilmente superable, con peligrosas curvas y sin rastro de celulitis ni de grasa. Luciendo un cuerpo mejor formado que el de cualquier veinteañera, absolutamente deseable. Ahora sí que tenía envidia de mi padre, notaba el calor dentro de mí, la pasión de lo prohibido.—Aún quedan prendas por quitarte —le dije con voz firme, imponiéndome.—¿Tan orgulloso ...
    ... eres que eres incapaz de aprender la lección?, ¿dejarías que siguiera desvistiéndome tan solo para no darme la razón?—Eres tú la que has empezado un juego que no estabas dispuesta a acabar, yo simplemente soy consecuente con lo que te he contado.Me levanté y enseguida lo noté, estaba excitado, aquella estrategia diseñada para ruborizar y provocar se me había girado en contra sin darme ni cuenta, el farol se había convertido en un póker de ases. Me acerqué lentamente hasta ella, parándome a pocos pasos y mirándola de arriba abajo.—Qué buena que estás, mamá. Cuando quieras puedes quitarte el sostén y las bragas, no dejes mi regalito a medias.Inevitablemente, casi en un acto reflejo, se tapó los pechos con el brazo y colocó la otra mano justo encima de su sexo mientras exclamaba:—¡Estás peor de lo que me pensaba!Le cogí la mano y la acerqué con decisión hasta el bulto de mi pantalón, restregándola contra lo que era una considerable erección y le susurré:—¿Me crees ahora?Se liberó de mí con un movimiento tan rápido que su brazo pareció convertirse en un látigo, se agachó ágilmente y después de agarrar su blusa del suelo se sentó en la silla con ruedas que había detrás de su escritorio, tapándose el busto con la blusa y la parte de abajo con la madera de la mesa, me miro casi asustada y me ordenó:—Vete de aquí, hemos terminado por hoy.—¿Cuándo es la siguiente sesión?, ¿viernes o vengo directamente el lunes?—¡Lárgate de aquí David!, es increíble lo lejos que puedes llegar, no respetas ...
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