Un viejo verde en la ventana
Fecha: 11/11/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Voyerismo
Lesbianas
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... verde. Acerqué mi boca a la concha de mi amiga y saqué mi lengua, mirándola a los ojos; para que me pidiera que siguiera adelante, sin detenerme…Helena me dijo con la mirada que se la lamiera y yo le obedecí.Al sentir mi lengua entre sus labios vaginales, la perra suspiró y sonrió, mirando directamente a su vecino, que ahora ya no tenía pudor en esconderse para pajearse…Mi amiga, sin dejar de mirar al tipo, me pidió que la dilatara con mis dedos. Primero entró suavemente uno, luego dos y finalmente tres; haciendo que Helena abriera su boca para empezar a gemir y jadear como una verdadera perra…Me incliné otra vez y comencé a lamer su clítoris inflamado, sin dejar de meterle mis tres dedos a fondo. Después de un rato los saqué brillando con sus flujos y se los mostré al vecino, mientras los lamía con mi mejor cara de puta viciosa.El tipo me llamó “puta” y en ese momento se inclinó hacia adelante, seguramente para no manchar sus zapatos con la tremenda descarga de semen que estaría teniendo su verga…Volví a meter mi lengua en esa vagina deliciosa, mientras Helena me tomaba por la nuca, para que no me saliera de allí.Con mis dedos comencé a acariciarme mis labios vaginales, dándole al vecino otro espectáculo aparte.Helena por fin acabó, aullando como loca. Me tomó por los cabellos y me levantó la cabeza, comiéndome la boca con un beso profundo. Luego cambiamos posiciones.Me senté en su lugar, ahora enfrentando la mirada del viejo verde.Le encantaba lo que estaba viendo. Helena ...
... zambulló su lengua en mi concha hambrienta y me hizo delirar con su habilidad oral.Sentí que mi clítoris estaba por explotar. Ninguno de mis amantes, fuera hombre o mujer, me comía la concha mejor que Helena.Me hizo acabar enseguida la muy turra. Se incorporó, me sonrió y volvió a darme otro beso profundo que me dejó loca de calentura. Me pidió que entretuviera a su vecino, que seguía firme y duro asomado a la ventana; mientras ella iba a su dormitorio a buscar algo…Mirando al hombre, abrí más mis piernas al máximo y zambullí mis dedos para hacerme una buena paja. Acabé casi llorando, sin dejar de mirar fijamente al vecino.Helena regresó, mostrándome un enorme consolador doble; negro y siliconado; ideal para gozar las dos juntas…Me lo dio y yo comencé a lamerlo para lubricarlo bien en ambos extremos. Siempre enfrentando al vecino.Helena me tomó desde atrás y comenzó a pellizcar mis pezones, que enseguida se pusieron duros. Luego me metió sus dedos desde atrás, agregando más lubricación a mi concha…Cuando el juguete estuvo bien lubricado, amabas salimos de la piscina. Yo me puse en cuatro y me metí una punta de esa cosa negra en mi concha, desde atrás. Helena lo deslizó más a fondo y comenzó a cogerme suavemente con él.Pese a mis esfuerzos, no podía mantener mi mirada fija en el vecino, que se relamía la lengua de gusto. Cerré mis ojos y me abandoné al placer que me provocaba mi amiga.Entonces ella adoptó igual pose y empezamos las dos a empujar cada una contra la cola de la ...