Mi historia con la hija de mi ex (3) - Relatos Eróticos

Mi historia con la hija de mi ex (3)

Después de casi dos años de tener relaciones con mi ex-hijastra, yo deseaba tenerla ya no diría un día completo, sino aunque fuera una noche, pero no era posible dada su minoría de edad, sin embargo ella igual me pedía que un día la llevara a pasear a algún lugar, la había yo convertido en toda una putita, perversa para el sexo y hambrienta de ello, tenía su noviecito más no llegaba a nada con el, y aunque lo hiciera no era algo que me importara, mi relación con ella era y es solo sexual. En verano, al salir de la escuela, un grupo de compañeros de ella organizaron un campamento, duraría una semana, me dijo que hubiera preferido que yo la llevara a pasear aunque sea aun solo día a alguna playa, había pensado en llevar a mi hijo y pedirle el permiso a ella para que nos acompañara, sin embargo no me gusta mezclar a mi hijo en estos asuntos, que ya de por si están mal hechos. Para mi suerte, mis hermanos me pidieron le diera permiso a mi hijo a pasar unos días con ellos y sus hijos durante las vacaciones. Entonces fue que planee pedir una semana de descanso, eche a andar mi plan, ella tenía el permiso para ir al campamento, pero el día y la hora que saldrían lo haría conmigo. Reservé una habitación de hotel en una playa mas o menos cercana a donde vivimos, prevenido de ir con una menor de edad la pedí doble pues iría con "mi hija" Al llegar y registrarnos ella iba con una bermuda y una camiseta, que la hacían ver como una niña. nadie se imagino que llevaba a mi pequeña amante ...

... pues incluso me decía papá o papi, sin imaginar el fondo de por que lo hacía. era un hotel bien acondicionado, cómodo y con vista al mar, una vez que nos instalamos, me abrazó del cuello besándome la boca. -Ahora si mi amor, solos los dos como tanto lo habíamos deseado desde aquella primera vez, sin prisas -Asi es mi niña, solos para disfrutarnos De los besos pasamos a alas caricias, de las caricias al sexo, esa tarde estuvimos un rato en la alberca, no podíamos besarnos, si acaso un abrazo inocente o en determinado momento llevarla de la mano, después de todo eramos padre e hija. Por la noche salimos a dar la vuelta a la playa, aprovechando la oscuridad a la orilla del mar nos besamos y acariciamos, sentados frente al mar y viendo que había poca gente y además lejos de donde estábamos, aprovecho para darme una exquisita mamada, no paro ni se la sacó de la boca hasta sacarme la última gota de semen, era adicta a el, le gustaba tragárselo todo, pero bueno ya he dicho que es una pervertida sexual y en esta vacaciones la haría gozar como no se lo imaginaba. Al otro día le dije que diéramos una vuelta por el pueblo para conocerlo, es un pueblo tranquilo, pequeño muy pintoresco y a pesar de estar cerca de la playa había poca gente, toda la mañana estuvimos ahí paseando, y en ese lugar nos sentíamos más libres y con más privacidad, cerca del medio dia regresamos a nuestro hotel, fuimos a la playa a divertirnos en las olas y por la tarde entramos a una pequeña palapa donde nos tomas ...