1. Perra, puta y zorra en el extranjero (2)


    Fecha: 02/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: caromar, Fuente: CuentoRelatos

    Por fin comenzó el trabajo en el DF, las jornadas me alejaron del mail y de las citas clandestinas. En la oficina, algunos mexicanos buscaron seducirme, decidí que no era el momento, faltaba mucho para mi regreso, solo me llamó la atención un uruguayo, todo un veterano, tenía algo más de cincuenta años, vivía en la colonia Roma, su trato fue respetuoso pero coqueto, sin sobrepasarse te estaba diciendo me gustas, te deseo.
    
    Por el día jueves, llevaba cuatro días asistiendo a la oficina, coincidimos para almorzar, me invito, fue un gentil hombre, quedamos de tomar unas cervezas en la noche. Acordamos no salir juntos, me recogería en el hotel y de allí partiríamos a un lugar cerca de su casa.
    
    Fuimos a su casa, en el camino cambiamos de planes, vivía en un cuarto piso, un apartamento súper cómodo, entapetado, los zapatos había que dejarlos en la entrada.
    
    Me ofreció un coctel con tequila, puso música, conversamos, después me insistió que bailáramos, todo en el más completo respeto. Danzando nuestros cuerpos se encontraron, su cadera y su masculinidad rozaron mi vientre, el pubis, las nalgas, nos besamos tenuemente, un beso, otro beso, su lengua, mi lengua, sus manos tocando mi trasero, mi panocha, mis tetas. Mis manos tocando su miembro, su espalda, sus nalgas.
    
    Mi vestido y prendas íntimas fueron cayendo a las alfombras, sus labios se besaban indistintamente mis tetas, mi cuello, mis oídos, la espalda. Sencillamente me arrechaba.
    
    Lo desnude, su verga me decepcionó ...
    ... un poco, era de buen tamaño, pero delgada, no se la chupe, deje que me la sobara al ritmo de la música.
    
    El cayo de rodillas y me olio toda, olio mi sexo, mis nalgas, me olió el culo; después me chupo y me dio lengua en la chocha y en el ano, además jugo con sus dedos. La ligera humedad se convirtió en un lago, que aumentaba y aumentaba con cada lengüetazo, con cado dedo, con cada lamida.
    
    Estaba que le pedía que me la enterrara, pero se concentró en mi ano. Me chupo el culo, le dio lengua y lo empezó a penetrar con sus dedos, uno, dos, y pronto llego el tercero. El primer orgasmo anal llegó, grité y me estremecí, sus caricias me embriagaban de placer.
    
    “tienes un culo lindo, un culito que me voy a comer”, sus palabras me encendieron la arrechera, vi cómo se puso el condón, me puso en cuatro sobre el mueble y me la metió directo por el ano. Disfrute de esa enterrada, me clavo como un maestro, sentí la molestia inicial de su glande abriéndome, ese dolorcito placentero, una vez dentro me la fue enterrando con suavidad y lentitud, el placer de mi culo abriéndose ante el embate de esa verga era delicioso. La sentí hasta el tope, los primeros bombeos fueron suaves, cuando percibió que mi culo se acomodaba a su polla incremento su ritmo, después me toco el chocho y las tetas, el segundo orgasmo llegaba, él me tomo del pelo, me dijo colombiana puta, y me la clavó fuerte, grité y me corrí. No se botó, se sentó sirvió vino, me invito a bailar, fumamos cannabis y jugueteamos de ...
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