Mi primer trío con unos esposos viciosos - Relatos Eróticos

Mi primer trío con unos esposos viciosos

... carro o no, al final no hubo problemas, solo que se pagaba un extra y ya, ellos me dijeron que eso variaba según el hotel, porque algunos no permitían siquiera más de dos personas, pagamos y llegamos a una habitación con su estacionamiento privado, espejos y una decoración bastante llamativa, la verdad valió la pena el precio.

Nos sentamos al borde de la cama Mayra y yo; mientras Marcos observaba la habitación en indició iría al baño, mientras esa hembra decía picaronamente, chévere papi, entra que mientras nosotros nos vamos conociendo de a poco y me agarraba el guevo por encima del jean... me gustó lo decidida que era esta mujer, olía divino y nos besamos apasionadamente, como un par de jovencitos sedientos de sexo. Le dije quería verla de pie y así lo hizo, me modeló el vestido y se subió un poco para que admirara un hilo color negro que con el contraste de su piel, hacía que se mirara muy perversa, la verdad mi guevo estaba full tieso, se quitó el vestido y pude observar esos senos blancos con un pezón rojizo, que ya estaba duro y listo para ser tomado x mi boca. Ya su esposo miraba sentado desde una silla en el lateral de la habitación y se sacó su pene, era pequeño comparado al mío, unos 12 cm diría yo, pero full grueso, de verdad me impresionó el grosor, su esposa lo mencionó varias veces y no exageró...

Metí esos pezones a mi boca, besaba sus senos completamente, los llenaba de saliva y esos gemidos no se hicieron esperar, me decía era una putica, que apenas me ...

... vio en el local quería probarme el guevo, que le gustaba mi apariencia de niño bueno, pero pícaro por dentro, eso siempre me lo dicen jaja... esto me calentó mucho y le metí una nalgada que hizo pegar una carcajada a Marcos y a Mayra un grito de satisfacción... la volteé y aparté el hilo con mis dientes, de verdad estaba muy excitado, era algo nuevo para mí, una mujer entre dos hombres, además casada, me daba un morbo que no conocía. Empecé a chuparle el culo antes de la cuca, he dicho como me encanta oler y chupar un culito, y el de esta mujer era macizo, grande, firme, blanco, con un hueco rosado muy placentero... la verdad el culo le olía diferente a otros, pero exquisito, era como dulce, perfumado, pero como si se sintiera su caquita, pero leve, la verdad era algo muy nasty jeje.

Luego saboreé la cuquita y ya estaba mojada, su flujito rodaba por sus piernas, la verdad pude calentar a esta mujer y sabía me diría que sí a todo; su esposo me decía que le gustaba como trataba a la puta de su mujer, al escuchar esto, Mayra bajó a mi guevo y empezó a chuparlo, veía a su esposo fijo y le decía papi, este guevo es divino, me encanta me dejes disfrutar uno así, el tuyo es rico, pero esto es otro nivel, decía la perversa, verga de vaina no acabé jajaja. Luego de unos minutos, Marcos se acercó y empezó a chupar nuestros penes, chocaban entre sí porque ella así lo hacía y los metía como desesperada, esa mujer jovial que conocí temprano ahora era una devoradora de guevo, cambió su ...