1. Gattari y sus pecas


    Fecha: 13/11/2017, Categorías: Lesbianas Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos

    ... más delgada, morena, cara redonda y cabello siempre amarrado ocupaba el segundo lugar con respecto a la fornida Pizzi, ahora ocupaba el tercero con respecto a la ligera Gattari. Sin embargo, era Jenny quien dominaba a Rebeca en asuntos de pandilla. Tal vez era el haber nacido entre seda, el tener un sentido amplio de la moda, el conseguirle en chico de sus sueños a Rebeca, tal vez… ella misma tomó la iniciativa.
    
    Ese día, al entrar la pequeña Allison al baño, ya completamente y aparentemente desocupado, aun con el vestido azul de lentejuelas, sintió en su naricita respingona, dulce, un cosquilleo creciente que le recorrió del paladar, pasando por la garganta y subiendo en línea recta hasta los ojos, haciéndole cerrarlos inmediatamente y por un buen rato. “Vaya golpe” pensó la flaca Benevides observando admirada a Rebeca, si hubiera sido una perrita hasta le lanza una galletita. Paso numero dos: arrastrando de los pies a la ligerísima jovencita de aires felinos, nariz roja y labios bañados en sangre, meterla en las regaderas, la última que es grande por ser triple y limpiar cualquier indicio de violencia.
    
    Ese día, al abrir los ojos, sintió sus pequeñas bien formadas tetitas oprimirse fríamente carne con carne, pero otra carne que no era suya, se preguntó vagamente ¿Me dormí en la ducha? ¿Pero, y esas ganas de estornudar, ese cosquilleo en mi entrepierna? ¿Me he vuelto a quedar dormida después de una paja? Jajaja que vergüenza, pensaba. Un fuerte estornudo, a raíz del ...
    ... golpe y un dolor punzante en la nariz que se extendió rápidamente hasta la frente como una puñalada de un segundo; un placer exquisito que le hacía contornear el cuerpo y derramar al instante el divino líquido, un jadeo involuntario que no comprendía la barrera de dolor y gusto, eso la devolvió a la perversa realidad: descansaba su torso en las rodillas dobladas de Rebeca mientras que Jenny la penetraba con sus dedos que no encontraron resistencia alguna pero que se detuvieron un pequeño instante con el abrupto despertar de la pequeña.
    
    El despertar de Allison fue un éxtasis de placer incomprensible. Los dedos de Jenny la perforaban continuamente sin cesar al tiempo que se movían a modo de tornillo produciéndole a la jovencita un cosquilleo pleno en todo el cuerpo. Aun sin tener conciencia clara de donde estaba, Allison atinó apenas a abrazarse a la cintura de su agresora mientras giró completamente su cuerpo boca abajo. Esto lo aprovechó Jenny para sentarse sobre el reverso de las rodillas de Allison y, poniéndole la mano sobre la espalda, oprimir el vientre de la pecosita contra el piso mojado y frio; mientras que con la otra mano se dedicaba a hundir sus dedos sin piedad alguna dentro del cuerpo artesanal de su víctima. La pequeña Gattari, a quien su madre esperaba afuera del complejo, abría los ojos mientras intentaba tragar saliva, saliva que no tenía su boca, de tanto jadeo sus labios estaban húmedos por el agua que caía sobre ella pero el interior de su boca estaba seco ...