Rosy sigo de caliente - Relatos Eróticos

Rosy sigo de caliente

... para sentir lo rico que lo tengo. Despues comenzo a pasar su dedo medio (creo que ese era) por toda la division de mis nalgas de arriba a abajo, yo ya estaba super excitada y por poco comienzo a mover el culito de repente sentí algo extraño… OTRA MANO!!! otra mano me estaba tocando el culo!!! que carajos… esto se está saliendo de control, la micro ya empezó a caminar pero muy despacio, carajo, la otra mano aprieta mas duro uffff. que rico jiji aun cuando lo estoy recordando para contarles me excito muchisimo jajajaja woowww lo hizo muy bien, apretaba fuerte y después despacio, a veces me acariciaba como si acariciara a su perrita el otro señor quitó la mano y la puso de nuevo, pero esta vez me acariciaba la parte baja de mi nalga como queriendo meter la mano por debajo de mis piernas como queriendo encontrar mi vagina, woow… fue un fuerte cambio de ritmo, tenía las piernas algo separadas por tener mi portafolio en medio de ellas, si no fuera por la vestido que le estorba la tarea prácticamente hubiera acariciado mi vagina me hacían cosquillas, solté unas risas nerviosas la otra mano la apartó y despues me tomo desde la cintura hasta llegar a mi culito. yo me aferraba al pasamanos por encima de mi cabeza con las dos manos disfrutando de sus caricias. -shiii me toca a mi -escuche un susurro -Esta muy buena la puta esta -Que rico culo tiene… Un momento ¡¡¡SON VARIOS HOMBRES!!! ¿cuantos son? ¿3 o cuatro? creo que son 3; quería voltear para verlo, pero eso significaba dos cosas, ...

... o era para poner mi cara de enojada (cosa que no estaba en lo más mínimo) por su impertinentes caricias o descaradamente (si eso es posible) me mostraba como la puta que soy, opte por dejaros en paz, a demas me la estaba pasando muy bien. Mi única respuesta fue mover mi culito en agradecimiento al magnífico momento que me estaban haciendo pasar. La micro dio un frenon que hizo que todos nos movíeramos, los dos señores que en ese momento tenían sus manos en mis nalgas las apretaba tanto que esta vez si me dolio y pegue un grito y me puse de puntitas, el dolor fue tan placentero que cerré los ojos y tuve que poner todas mis fuerzas para no soltar un gemido. -Cuidado señorita, no se valla a caer, agarrese bien -me decía la señora que estaba frente a mi, sentada, llevaba a una niña de unos 3 o 4 años en las piernas. -Si quiere le hacemos espacio -me dijo la otra señora que estaba con ella -gracias, no se preocupe estoy bien, solo que me asuste un momento -me reía de forma muy nerviosa. Muy bien pude haber aceptado la propuesta, pero no quería dejar de sentir esas manos; sentí una palmada que lo tome como una palmada de agradecimiento por negarme a separarme de ellos. La micro comenzó a moverse más rápido, al parecer la carretera se estaba descongestionando, y sí, cada vez nos movíamos más rápido. ya solo faltaban unos minutos para llegar a mi ciudad. Cuando llegó el momento de pedir la baja el la siguiente parada, así es que presione el botón para decirle para que el chofer sepa ...