mi amiga de internet
Fecha: 10/08/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: agg55, Fuente: SexoSinTabues
... uno de mis trabajadores abría por las mañanas. Al llegar a su casa me recibe con gusto y nuevamente le ofrecí que fuera a trabajar a mi tienda: YO: Que haces? ELLA: Pues nada… YO: Que vas hacer mas tarde… ELLA: Nada… YO: Entonces vámonos otra vez a la tienda… ELLA: No pues si… ya estoy lista… vámonos¡¡ Nuevamente le asigné tareas y le seguí enseñando las labores de la tienda, es una chica muy trabajadora y muy acomedida ya que no tenía que estarle diciendo o moverla para que hiciera las cosas, tenía iniciativa. Al cerrar la tienda, igual que el día anterior la llevé a su casa, así fácil pasó una semana y pues el día de paga de mis trabajadores a ella tambien le pagué por los dias que me acompañó. Pasaron los días y pues eso se repetía de manera constante por lo que le pregunté que si le gustaba para quedarse a trabajar conmigo, como me dijo que sí, pues la contraté formalmente. Nuestra amistad se fue afianzando y pues ya había habido varias veces que me invitaba a pasar a su casa a tomar café y pues ya tantas veces que le decía que no por llegar temprano a casa, por fin le acepté. Si de por si ya las charlas eran buenas, con un café y sin apuros pues mucho mejor. Esas charlas de café por la noche empecé a sentir ciertos cosquilleos de conciencia. Intuía peligro, cosas prohibidas, gusanito de tentación tal vez, me ponía nervioso pero me gustaba. Por lo que también se hicieron constantes esas entrada a su casa por una u otra situación. A falta de hombre en casa no faltaba ...
... alguna reparación o atención que ella como mujer no se le daban mejor que a mi. Obvio le gustaba tener un hombre en casa. Como era mucha la confianza que teníamos entre si y teníamos el tiempo, en una de esas pláticas en su casa me empezó a confesar que Yo siempre le había gustado, que le parecía muy atractivo y muy varonil, rayando en macho y por lo tanto disfrutaba mi presencia (cosas que obviamente yo ya intuía) tal vez el momento, las atenciones que le di, el haberla conocido a fondo y haber declarado lo anterior de cierta manera creó ese aire de atracción: “COMO AL HOMBRE ARAÑA MI SEXTO SENTIDO SE ALARMÓ”… Yo no iba ya con tanto gusto a quedarme después de dejarla, persistía en mi ese cosquilleo de tentación y nerviosismo por presentir cosas prohibidas. Yo ya tenia varios años de haber abandonado territorios de Tenorio, ya me estaba portando muy bien, intentaba ser buen esposo, buen padre, buen ser humano, vaya, un buen cristiano cuanto mejor podía. En ese momento me sentía estar viviendo lo mas cerca de Dios, había librado verdaderas pruebas de tentación de la mujer y tal vez por eso me sentía fuerte para hacer frente a una prueba mas, al no aceptar cabida a malos pensamientos. En esta ocasión al saber lo que me dijo seguro me empezó a mover el tapete, pero no lo ví o no lo quise ver. Mas bien lo vi pero me sentía que lo podía controlar. Por lo que igual le seguí aceptando las invitaciones que me hacia de vez en vez. En una de esas pláticas de noche me dice: La experiencia ...