1. Arrepentidos los quiere Dios. (Capítulo 58)


    Fecha: 19/08/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasaría?
    
    --Pues que pedería la credibilidad de muchos ciudadanos, y las próximas elecciones legislativas podría perderlas.
    
    --¡Jo! y todo esto por acostarme con un cura.
    
    --Manolita, ya no sirven lamentaciones; tranquila, que aunque sea lo último que haga en mi vida, te sacaré de este apuro.
    
    --Lope...
    
    --Dime Manolita.
    
    --Desde cuando nos conocemos.
    
    --Ya hablamos de esto otra vez. Si la memoria no me falla, desde el año 1965, fecha que me hice cargo de la comisaría del distrito donde estaba ubicada "tu Casa", ¿Por qué lo preguntas?
    
    --¡Más de treinta años! ¡Madre mía! Por nada Lope, por nada.
    
    Era tal mi agradecimiento a este buen amigo, que a pesar de haberme prestado tantos servicios, y hecho tantos favores personales, ¡jamás! se me había insinuado en demanda de pagos sexuales. ¡Milagros de la verdadera amistad!
    
    Estuve a punto de ofrecerle mi cuerpo, no como pago de un favor, no, ¡juro que no! Era como una muestra de mi más sincero agradecimiento. Pero me di cuenta enseguida de que hubiera sido una rémora para esta amistad tan limpia y pura.
    
    --¡Venga niña! Dejemos los sentimentalismos para otra ocasión. Mañana salgo para Barcelona.
    
    --¿Y eso? Pregunté sorprendida.
    
    --Para empezar a devolverle la jugada a este desgraciado de Ernesto.
    
    --¡Qué bien, qué bien! Ha salido el policía que nunca ha muerto en ti. ¿Tienes preparada ya una estrategia, verdad?
    
    --Sí, y te aseguro que va a ser tan sutil, que le va a dar por el culo su propio ...
    ... cipote.
    
    --Pues pobre de él, apañado va.
    
    --¿Qué quieres decir?
    
    --Que cómo se de por el culo con su propio pene se lo revienta.
    
    Se rió Lopetegui, había entendido bien la metáfora.
    
    --Antes de partir, pasa por caja, y toma el dinero que necesites.
    
    --Con 250.000 pesetas creo que me bastarán.
    
    --¿Nada más? No, no... Te vas a alojar en el mejor hotel de Barcelona, y como me figuro que tendrás que hacer algún sobornillo que otro, te llevas medio millón. ¡Faltaría más!
    
    --Tienes razón, igual tendré que comprar algún tipo de información.
    
    --¿Te vas a llevar a tu mujer contigo?
    
    --No, no creo que quiera venir; se lo está pasando aquí de las mil maravillas.
    
    --Mira, hablando de Roma, por la puerta asoma.
    
    En ese mismo momento, hacía entrada Antoñita en el despacho.
    
    --¿Se puede?
    
    --Adelante Antoñita.
    
    --¿Qué? Conspirando a mis espaldas.
    
    --Sí, estamos estudiando la forma de matarte.
    
    --Pues si he de elegir, que sea "a polvos", como se mata a las cucarachas.
    
    Reímos los tres de su salida.
    
    --Mañana voy a Barcelona para hacer un servicio a Manolita, ¿me acompañas?
    
    --No querido, no. Ve solo, aquí te espero, y tarda lo que quieras en volver. Además tengo a uno de los camareros a medio ligar.
    
    --Ten cuidado cariño, no sea que te vaya a hacer una barriga. Que se ponga condón.
    
    --Sí, trillizos por lo menos.
    
    --Os dejo con vuestros secretos, me voy a darme un baño.
    
    --Se os ve un matrimonio muy unido, Lope. Antoñita parece una gran mujer.
    
    --Si, ...