1. El masajista


    Fecha: 12/09/2019, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: MOANA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    La primera vez que fui a su consulta fui con mi amiga, ella era asidua ya que necesitaba los masajes por una antigua lesión. Yo por mi trabajo también me sentía la espalda bastante cargada. Ese primer día solo hice de espectadora. Cuando nos presentaron fue educado y agradable. Era profesor de takewondo y su cuerpo lo dejaba claro. Combinaba los masajes "terapéuticos" con el gym.
    Por fin un día decidí ir sola. Al entrar me embriagó un olor a incienso muy penetrante combinado con su perfume, que no me gustaba demasiado.
    Me pidió que me desprendiera de la ropa salvo mis braguitas y mi sujetador y me tumbe en la camilla boca abajo y cerré los ojos.
    Me puso unas gotas de aceite en la espalda y empezó su terapia. Sentía sobre mi su respiración y su cuerpo muy cerca mientras palpaba las diferentes zonas de mi espalda estudiando los puntos a tratar. 
    Bajó sus manos a mis piernas, siguió masajeando, todo muy correcto, pero yo sentía esa respiración...sus manos sobre mí... sentí que me estaba excitando y creí que él se estaba excitando. Hubo un momento que cambio de un lado al otro lado en la camilla y paso su cuerpo rozando mi brazo, que colgaba en la camilla, y entonces supe que estaba en lo cierto, ese bulto ya no era casualidad. Estaba aterrada, no quería abrir los ojos, hasta ahora solo era intuitivo, no sabía si él estaba pensando lo mismo. Entonces me pidió que me diera la vuelta, me bajo los tirantes del sujetador y comenzó a masajear mi cuello con movimientos que ...
    ... bajaban hasta mi escote y volvían a subir, bordeaba mi sujetador y la punta de sus dedos dibujaba mis pechos, yo sabía que ese masaje no era extrictamente profesional y aún así seguía allí, inmóvil, iba a suceder...debía pararlo...pero no quería.
    Bajo sus manos a mis braguitas y paso sus dedos por fuera acariciando toda la superficie y a continuación la punta de éstos pasó por debajo, separando mis braguitas, y abrí los ojos...me estaba mirando, sus ojos lividinosos, su boca entreabierta y entonces se lanzó a besarme, su excitación ya era más que evidente.
    El cúmulo de sensaciones que yo estaba experimentando era sofocante, no era mi primera vez pero en ese momento era una auténtica novata, esa situación escapaba a cualquier cosa que antes hubiera imaginado. Lejos de sentirme sumisa o utilizada sentí una explosión de liberación, de placer sano, sin restricciones ni tabúes, me sentí preciosa y admirada, por primera vez amé mi cuerpo hasta entonces aborrecido.
    Al ver que le correspondía bajo mis bragas y comenzó a pasar su lengua a la vez que introducía sus dedos, estaba chorreando de placer y me iba a correr, él me lo pidió, me dijo que no aguantara, se le veía muy experimentado, era ocho años mayor que yo. Me corrí sin ninguna represión abriendo mis piernas dejándo que colgarán a ambos lados de la camilla. Después acerco su miembro a la altura de mi boca y no hizo falta que me dijera nada, puso su mano en mi mejilla retirándome el pelo, me resultaba super excitante la imagen. ...
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