Asistente culinaria - Relatos Eróticos

Asistente culinaria

... hasta que encontró mi punto g, lloraba de lo caliente que estaba y el siguió partiéndome la vagina en cada embestida por lo que parecía una eternidad, al tercer orgasmo ya no podía tenerme en pie y él me dejó caer por mi propio peso, solo levanto mi barbilla cuando deje de temblar y sin esperar nada me hizo tomarlo con la boca, yo estaba extasiada y quería complacerlo, pero su aún duro pene era enorme, y no me cabía bien en la boca intenté agarrarlo con las manos y me estiró el cabello hasta que dolió _me tomarás con la boca y nada más, afirmó y me soltó lo suficiente para que pueda asentir y tomarlo yo misma con la boca marcando el ritmo pero aún en sus manos, hice lo que pude y al rato me tomo con ambas manos y lo dirigió el, tan profundo que lo sentía en la garganta y tan rápido como quiso_la vas a beber entera, o lo lameras del suelo, me advirtió, pero estaba tan caliente de nuevo que lo hubiese bebido de todas formas, la trague y me relami los labios cuando se derramó en mi boca, solo después lo mire desde el suelo, desnuda y revuelta, con la boca acalmabrada y a punto de desmayarme, pero caliente de nuevo, el se veía tranquilo, y me sonrió dulcemente, como nunca lo había hecho, me levanto y abrazándome me susurra _estuviste muy bien, pero esto no es todo, deberás quedarte luego del cierre y será así desde hoy, ahora eres mi zorra y que no se te olvide, cada vez que esté caliente tú me servirás, y solo a mi vendrás cuando necesites apagar esa pasion, ...

... zorritas como tú necesitan correa, no sé porque pero cada palabra me calentaba más y mas, el lo sabía porque me empezó a tocar el clítoris y jugó con él hasta que así, abrazados y con su pene rozando mi cuerpo aún desnudo y usado llegue al clímax otra vez, me mandó a su camioneta desde donde me llevo a casa, me saco desnuda desde su vehículo hasta la puerta independiente del cuarto que alquilo en una vecindad, no sé quién me vio, porque baje la vista mientras que el no me dejaba correr a la puerta
Una vez dentro me tiro en el sofá cama, uno  de los escasos muebles en el diminuto hogar y me tomo duro sin despegar sus labios de mi boca, se bebía mis gemidos, yo esta a punto del desmayo pero el insistió en cogerme de cuatro, así de perrito metió un dedo en mi culo y yo estalle en gritos, nunca me habían tocado el ano, y se lo dije, el sonrió y solo dijo _hasta ahora
Y se acostó a mi lado, _mañana vendrás a trabajar, hoy te quedas, dijo mientras me besaba tierna y profundamente... El baile de su lengua en mi boca me dejaba tonta y solo asentía a todo_ y ni se te ocurra traer bragas, desde ahora eres mi postre favorito, y vendrás a mí para que te coma, solo a mi, dijo mirándome a los ojos y yo lo obedecí... Desde hace dos meses me coje donde y cuando quiere, nunca me permitió volver a faltar y me está preparando el culo con tampones que no me dejan caminar normalmente durante el trabajo, me está convirtiendo en su zorra..  y no hay nada que quiera más que complacerlo