Mi primer hombre me volvió una depravada - Relatos Eróticos

Mi primer hombre me volvió una depravada

... era de el, la verdad no pensé para nada en si era o no casado, o si era o no el papa de mi novio y mucho menos en su edad y la mía, para mi era un hombre que me gustaba mucho y eso bastaba.

No paramos de besarnos apasionadamente, yo sentía su lengua jugar con la mía y con una de mis manos busque frotar su verga sobre el pantalon y el a su vez me acariciaba mi tetas, después sentí su mano bajo mi falda y sentí un escalofrió cuando llego a mi panocha y me acaricio sobre el pantalon, me decía que estaba muy rica, que era hermosa y que me sentía muy mojada, yo no decía nada pero me excitaba su voz varonil, después me dijo al oído que le sacara la verga y el mismo se desabrocho el pantalon, sentí la piel de su verga y eso me excito mucho mas, sin pensarlo la jalaba con mi mano para frotarla sobre mis pantaleta que ya estaba empapada y poco a poco ese roce dejo de ser de su piel a mi ropa y paso a ser de piel a piel, pasaron unos minutos y yo misma le dije que me la metiera, el todavía me pregunto si estaba segura y le dije que si, poco a poco sentí como su enorme verga se metía en mi panocha hasta entonces virgen, me dolía un poco pero la verdad no era nada que ver con lo que decían mis amigas que dolía, pues era un dolor suave y rico, después de un poco sentí que ya estaba toda dentro de mi y Pablo se comenzó a mover cada vez mas rápido y yo cada vez me sentía mas caliente y cuando el me preguntaba si estaba bien, yo le decía que si, pero que lo hiciera mas duro, a los pocos ...

... minutos me estaba dando un cogidon, me puso mis piernas sobre sus hombros y me la metía con fuerza, después me puso de perrito y me volvió a meter muy duro, yo no sabia si así era como debía ser pero para mi era delicioso, no quería que parara de hacerlo nunca y cuando estaba por venirse se salio de mi y sentí como cayeron chorros de liquido caliente en mi espalda, me abrazo desde atrás y me tiro a la cama para quedar de cucharita, no paraba de besar mi cuello y yo la verdad es que seguía muy excitada,  paso un rato en silencio y después platicamos sobre como me había sentido, me insistió mucho que no podía contar nada para que no lo metiera en problemas ni con su esposa, Mauricio o con mis papas.

Ese día no paso mas, solo fue una vez y fue mi primera vez, pero yo salí feliz del motel, me sentía mujer, sentía que todo lo que había imaginado cuando me masturbaba mirando la vieja revista de mis hermanos lo podía realizar con Pablo, pues el era un hombre de verdad y sabia mucho del sexo, esa noche fue la masturbación mas intensa que recuerdo haber tenido, era mi segunda noche sin dormir de tantas y tantas fantasías que estaban en mi cabeza, pero eso solo había sido el comienzo, pues yo seguí viendo a Pablo 2 o 3 veces por semana y cada vez nuestra relación era mas intensa, me volví una verdadera adicta a su verga y a todas las locuras que después hice con el y de las que después escribiré, muchas veces era yo la que le suplicaba que nos viéramos porque necesitaba coger con el, ...