1. De no creer


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Gabino, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Soy un tipo común y corriente, aquel que te encuentras en el transporte público y te sonríe con indiferencia, nunca destaque en nada, ni de joven, ni de adulto. Me case con mi primera y única novia, conseguí un empleo como servidor público y allí pasé la mitad de mi vida repitiendo día a día la misma rutina sin nada que pusiera sabor en mi vida. De mi matrimonio nació un hermoso hijo varón, mi alegría  más  grande, un chico inteligente y hermoso, nunca hice realmente parte de su vida por el trabajo pero fue mi más grande orgullo. Se graduó muy joven he hizo su vida lejos de casa. Con el tiempo se caso y tuvo una hermosa nena, a quien llamó Laura. Y yo, pensionado ya, dedique mi retiro a cuidarla desde pequeña, en ella verti todo el amor que no le di a mi hijo y creció muy cerca a mi, ahora ella tiene 14 años y sabe que me siento muy solo desde que mi esposa murió.
    Laura, a decidido vivir conmigo para ayudarme con las cosas de la casa, y retribuirme de algún modo todo el cariño que yo le di. 
    Pero como todas las chicas jóvenes de ahora no tiene vergüenza de su cuerpo y anda por casa con muy poca ropa, tiene un cuerpo que cuida con mucho ejercicio y comidas sanas, su cuerpo es firme y muy bien torneado, pero a pesar de ser mi nieta no puedo dejar de ver la escultural ...
    ... mujer en que se ha convertido. Y de alguna manera a logrado que mi cuerpo viejo y cansado se encienda de nuevo y la sangre recorra mis venas con fuerza y pasión. Yo se que ella ha notado que no puedo dejar de mirar sus senos cuando los libera de sujetador por las noches y anda por la casa en blusas muy delgadas o que me muerdo los labios cuando sube a mi cuarto a preguntarme cualquier cosa en ropa interior. En las tardes cuando nos quedamos en la sala de televisión me siento junto a ella y me hago el dormido y lentamente busco la manera de abrazarla para que luego mi mano busque descanso sobre su regazo y lograr tocar su entrepierna y masajear suavemente al ritmo de mi respiración hasta escuchar como su respiración se agita y se contorciona rítmicamente mientras el placer la invade. En esas tardes siento que mi corazón está a punto de estallar y debo ocultar mi ereccion para que ella no sepa que todo lo que hago es adrede. Pero ella, cada día quiere pasar más tiempo en la sala de televisión y he notado que su ropa interior cada vez es más delgada en esas tardes, y su cuerpo se frota contra el mío queriendo sentir como mi pene se endurece en mi fingido sueño. Creo que ella sabe lo que estoy sintiendo, creo que a ella le gusta, creo que tal vez debería ir un poco más allá.  
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